A estas alturas, y tal como se han desarrollado hasta ahora los acontecimientos, es probable que existan pocas dudas sobre la dificultad de separar en una acción de gobierno lo legítimo de lo electoralista. Y es que en cuanto tocan a urnas, a los partidos se le vuelven los dedos huéspedes y, unos por seguir donde están y otros por sustituirlos, andan a la greña con proyectos y ejecuciones.

El método más sólido para separar el grano de la paja -o, lo que es lo mismo, lo fiable de lo incierto- es contemplar la legislatura en su conjunto. Se trata de evitar que el Gobierno pueda emplear trucos de última hora y la oposición negar lo que es evidente y de ese modo confundir a quienes deciden su voto muy a última hora y en función sobre todo de lo que pueden tocar y medir.

Un ejemplo típico -y tópico-de ese modo de hacer lo constituye sin ir más lejos el anuncio de que Medio Ambiente concluyó su informe sobre la autovía entre Vilaboa y Mos, o entre Pontevedra y Vigo, como gustan de decir algunos. Tal como lo ha presentado el Ministerio, diríase que el proyecto entra en su recta final, las obras se iniciarán casi de inmediato y que es cosa hecha.

Y no, claro. Ni en los Presupuestos del Estado para 2009 se incluyen partidas que permitan albergar esa idea, ni se completó todavía el camino burocrático preciso ni, en fin, los trámites preceptivos pueden considerarse resueltos como para cantar el hosanna que algunos pretenden. Y eso sin contar que hace casi cinco años, cuando cambio el Gobierno, se dijo que sería cosa de una legislatura.

Lo de ahora aparenta, por lo tanto, puro y duro electoralismo previo a la convocatoria que el señor Pérez Touriño hará quizá este mismo mes. Y, además, un recurso que permita evitar la acusación de que el proyecto ni siquiera se ha iniciado, aparte de una cortina de humo que sirva para ocultar aspectos negativos de las acciones -o, por mejor decir, omisiones- de la Xunta en el sur.

En este sentido llama la atención que el anuncio de Medio Ambiente coincida con la venta de "Audasa" al Citigroup y la suspensión de sus proyectos, entre ellos el de la ampliación del puente de Rande, garantizada -sic- por la titular de Obras Públicas. Algunos quizá lo consideren una casualidad, pero la mayoría lo verá como lo que seguramente es: una argucia cara a las elecciones.

Moraleja: que, en llegando esos días, no sólo habrá que ir con pies de plomo, sino con un buen cedazo para, como quedó dicho, separar grano y paja.

¿O no...?