Un 'smash' violento de Horia Tecau que se estrelló en la red terminó por dar a España la segunda medalla de oro en tenis de su historia, en las raquetas de Rafael Nadal y Marc López, que vencieron en una final épica a los rumanos a Florin Mergea y Horia Tecau por 6-2, 3-6 y 6-4.

La duodécima medalla en la trayectoria del tenis olímpico español tuvo un partido a la altura de lo que estaba en juego. Duró casi dos horas y media. Tuvo alternativas, oportunidades para ambos y dramatismo. Nadal, con dos horas de propina en sus piernas por su esfuerzo en el cuadro individual, asaltó la cancha central con su compañero. A toda pastilla. Entusiasmados por el reto y sin aparente presión.

Mostraron más solvencia que sus adversarios, desdibujados y a contracorriente en cuanto se dejaron arrebatar un servicio. El dueto hispano había cerrado la manga por 6-2 en un abrir y cerrar de ojos.

El combinado rumano, del que Marc guarda mal recuerdo por la última cita de Copa Davis, donde perdió el dobles en compañía de Feliciano, espabiló. Pronto se hizo con el saque de Marc para igualar el partido después de poner el 6-3 de su lado.

El tercer set fue el épico. Duró 69 minutos. Pudo transitar más tranquila España si Marc y Nadal hubieran aprovechado alguna de los cinco puntos de rotura para situarse con 3-1. No lo hicieron. Tecau y Mirgea empataron y después se llevaron un break' con el saque de López. Todo se había vuelto del revés.

Resurgió España. Evitó un 4-2 en contra insalvable y volvió a igualar. Fueron de la par al saque hasta el décimo parcial. Marc y Nadal tuvieron dos puntos de partido que desecharon. Pero en una nueva oportunidad y tras dos errores similares de los rumanos, rodeados de presión, España logró su éxito.

Nadal y Marc López recuperan la cosecha de éxitos del tenis español en los Juegos tras sumar el tercer premio en la modalidad de dobles masculino, la duodécima en la historia de este deporte en España. Nadal y López añaden su presea a las obtenidas por Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, plata en Seúl 1988, y por Alex Corretja y Albert Costa, bronce en Sydney 2000.

Desde Seúl hasta Pekín, que culminó con el oro olímpico de Nadal y la plata en dobles femenino de Anabel Medina y Virginia Ruano, España siempre había salido de los Juegos con alguna medalla colgada al cuello. Una en Seúl 1988, con la plata de Emilio Sánchez y Sergio Casal, tres en Barcelona 1992 (plata de Jordi Arrese en individual masculino, el bronce de Arantxa Sánchez Vicario en individual femenino y el bronce femenino con Arantxa y Conchita Martínez).

Atlanta 1996 se cerró con otros tres metales: las platas de Sergi Bruguera y Arantxa Sánchez Vicariio en individual masculino y femenino, y el bronce de Arantxa y Conchita en dobles femenino.

En Sydney 2000 fueron Alex Corretja y Albert Costa los que mantuvieron el tono positivo. Obtuvieron el bronce en dobles masculino, mientras en Atenas 2004 el logro fue de Conchita Martínez y Virginia Ruano, con la plata en dobles femenino.

Londres 2012, sin embargo, estancó la progresión olímpica del tenis español. No hubo medallas. Río 2016 ha devuelto la dinámica positiva al tenis. España tiene asegurada, al menos, el oro obtenido por Rafael Nadal y Marc López.