La conquista del oro olímpico, huérfano en el poblado historial del número uno del mundo, está entre ceja y ceja para Novak Djokovic, que se aferra a un nuevo intento en Río 2016 que Nadal contempla como un punto de inflexión en su retorno a las canchas.

Suele darle la espalda a Djokovic el éxito en los Juegos. El balcánico no brilla en el olimpo. Lo contrario que sus principales rivales. El británico Andy Murray, vigente campeón, vencedor en Londres 2012, y Nadal, que se instaló en lo alto del podio en Pekín 2008.

Djokovic, instalado en la cima del circuito, pretende avistar su dominio desde lo alto del podio y convertirse en el tercer jugador de la historia que gana los cuatro Grand Slam, la Copa Davis y el oro en unos Juegos. Un privilegio reservado hasta el momento para el estadounidense Andre Agassi y el español Rafael Nadal.

"Los Juegos es uno de los grandes objetivos en mi carrera. Por no decir el principal. Es una competición que se disputa cada cuatro años y no hay muchas oportunidades de ganarla", dijo el serbio.