Javi Gómez Noya es hoy el enemigo público número uno del Reino Unido que espera y desea asistir a otro día de gloria de su deporte para continuar con la dinámica de los últimos días. El triatleta gallego sueña con frustrar el soñado recital de los hermanos Brownlee en el endiablado y veloz circuito de Hyde Park y conquistar la gloria olímpica que se le negó hace cuatro años en Pekín.

El ferrolano y los Brownlee trasladarán al centro de Londres una rivalidad convertida en imagen de marca del triatlón mundial. Gómez Noya es una leyenda de este deporte al que le falta la medalla olímpica para librarse de una importante carga con la que camino. Heredero de Iván Raña en el papel del referente nacional de este deporte, Gómez Noya parecía destinado hace cuatro años a conseguir el título olímpico, pero los problemas físicos se llevaron ese sueño. En Pekín, bajo un calor sofocante y con el cuerpo medio remendado, el gallego finalizó en cuarta posición. La posición más cruel que existe en el deporte mundial. Pero perseveró de forma decidida. Volvió a ser campeón del mundo al tiempo que surgían desde Inglaterra dos talentos descomunales, casi clónicos, decididos a luchar por su reinado. Los hermanos Brownlee comenzaron a discutir con Gómez Noya los triunfos en Europeos, Mundiales y en cualquier otro día que cruzaban sus caminos. Su rivalidad ha sido extraordinaria para este deporte aunque es cierto que han monopolizado en exceso los triunfos en las pruebas importantes. Solo los rusos han sido capaces de inmiscuirse entre ellos.

Durante los últimos años Gómez Noya ha trabajado con la cita de Londres en la cabeza. Tiene la intuición que tal vez sea su última ocasión de ser campeón olímpico.No es mayor, pero en Río seguramente surgirán nuevos talentos y la situación se complicará aún más para acceder al podio de un nivel de exigencia tan alta.

Pero su nivel de presión es una broma si lo comparamos con la que soportan desde hace años los hermanos Brownlee: Alastair y el pequeño Jonathan. En sus cabezas desde hace tiempo no hay espacio para nada más. El gallego ha conducido con mayor naturalidad su preparación; los ingleses la han transformado en una obsesión. Los Brownlee son los indiscutibles favoritos de una carrera que han preparado de forma concienzuda y que les ha tenido muchas semanas trabajando en altitud en Austria. Presumen de estar mejor que nunca aunque también hay quien piensa que a lo mejor se han sobreentrenado. No lo ha parecido en sus últimas irrupciones en la gran competición en las que se han mostrado intratables y sin que Alastair, el gran favorito, diese muestras de sentir la fractura de talón que sufrió a comienzo de temporada y que retrasó su puesta en acción de la temporada.

Gómez Noya espera que los Brownlee puedan ser víctimas de su propia ansiedad, de esa presión salvaje que soportan desde hace tiempo de una opinión pública que no entiende otra cosa que no sea el "doblete". El gallego se mueve con tranquilidad. Tiene un precedente a su favor y es que hace dos años en el mismo escenario, durante la prueba del Mundial, les superó de forma indiscutible tras un ataque criminal en el último kilómetro. Fue un serio aviso para los Brownlee, respetuosos siempre con Javi, temerosos a ratos.

La carrera de hoy se espera salvaje desde el tramo de la natación. Todos los participantes saben que se va a ir con el cuchillo entre los dientes desde el comienzo de la carrera y que no habrá tregua. Perder un corte supondrá un drama sin solución. Todos se han entrenado para ello, para hacer cerca de dos horas de competición a todo lo que les dé el organismo. Gómez Noya está preparado para aceptar el órdago de los Brownlee y tal vez para protagonizar una de las grandes noticias de la historia del deporte gallego.