El nacimiento de la cooperativa Loitamar fue pionero en todo el Estado. La pérdida del acuerdo con Marruecos dejó sin trabajo a cientos de marineros de toda España que faenaban en la flota del banco canario sahariano. Las administraciones públicas iniciaron un plan de asesoría financiera y apoyo económico a proyectos empresariales para recolocar a estos trabajadores. Muchos de los afectados eran vecinos de O Morrazo. Los 46 extripulantes que pusieron en marcha la cooperativa Loitamar crearon la única empresa colectiva constituida en todo el Estado.

Las primas que concedió la Unión Europea a los trabajadores de esta flota para que diversificasen su actividad fueron una ayuda vital para poner en marcha una inversión tan grande. Proyectos individuales con negocios tradicionales se extendieron por la costa española. Galicia, Andalucía y Canarias fueron las comunidades más afectadas por el fin del acuerdo sobre el caladero.

Con estas ayudas se abría un nuevo horizonte para un sector que veía como, de repente, sus puestos de trabajo desaparecían. Esta situación había alcanzado una fuerte conflictividad social en O Morrazo, con protestas de distinto tipo a finales del pasado siglo.

Con la asesoría de la Consellería de Pesca la inversión inicial se cifraba en 2001 en 23 millones de las antiguas pesetas. Además de las ayudas públicas de distintas administraciones, el resto del dinero lo aportaron los cooperativistas. En julio de 2002 comenzaron los cultivos con 13 personas en plantilla.

Antes incluso de comenzar la producción, Loitamar trató de adquirir una nave de 1.000 metros en el parque industrial de Castiñeiras. Serviría para la transformación y comercialización de los productos acuícolas. Esta compra no se concretó y la sede de la cooperativa se ubicó en el edificio de la antigua cámara agraria de Cangas.

Con un año de actividad había quintuplicado su capacidad de producción. Las visitas de responsables de la Consellería de Pesca valoraban el trabajo realizado y se mostraban "asombradas" por las instalaciones conseguidas.

Toneladas

La intención era salir al mercado por primera vez en 2004. Entonces se publicó que se pondrían a la venta ese año cerca de 200 toneladas de rodaballo. El número de trabajadores era ya de 15 personas y quedaban por incorporar a 32 cooperativistas.

Poco a poco los problemas se sucedieron y los planes iniciales se fueron frustrando, así como los intentos de reorientar la instalación. Finalmente las jaulas pasaron a un administrador concursal y es ahora cuando comienza su retirada del mar.