Al menos 25 civiles, entre ellos nueve mujeres y tres bebés, y una veintena de insurgentes perdieron la vida en un bombardeo de fuerzas de la OTAN en la provincia afgana de Helmand, dijo ayer una fuente oficial afgana.

La Fuerza para la Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN, había anunciado previamente la muerte de una treintena de supuestos talibanes en este bombardeo y admitió que también pudo causar víctimas civiles. El jefe provincial de la Policía de Helmand, Mohammad Hussain Andiwal, dijo que el bombardeo de la OTAN alcanzó dos casas en la localidad de Deh Adam Khan, cerca de la ciudad de Gereshk, entre ellas la de un líder local y un clérigo, ``que también perdió la vida en el bombardeo´´.

``La Policía no estuvo implicada ni informada de estos ataques, y yo sólo tuve conocimiento del mismo ayer, cuando los ciudadanos vinieron a mi oficina para quejarse´´, dijo Andiwal.

"Los ciudadanos dijeron que los talibanes atacaron primero a la OTAN y luego se refugiaron en las casas de gente ordinaria´´, explicó el jefe de la Policía.

Esta versión coincide con la de la ISAF, que afirmó que sus tropas fueron atacadas por los insurgentes, a lo que respondieron con armas ligeras y un ataque aéreo.

En un comunicado, la ISAF explicó que durante el enfrentamiento un recinto fue ocupado por unos 30 rebeldes, "la mayoría de los cuales murieron en el combate", y admitió que existía la posibilidad de que en el mismo edificio hubiera también "un pequeño grupo de civiles".

"Hasta ahora no ha sido posible determinar si ha habido civiles muertos o heridos, o si las víctimas civiles fueron resultado de la acción de los insurgentes o de la ISAF", agregó la nota.