La alianza rebelde del Yemen formada por la milicia hutí, apoyada por Irán, y las fuerzas leales al expresidente Saleh se desintegró ayer con sangrientos enfrentamientos en la capital que dejaron no menos de cuarenta muertos. Saleh hizo un ofrecimiento a la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, a la que se considera inspiradora de la ruptura, para avanzar hacia el fin del conflicto, en el que Riad entró en 2015.