La CDU de Angela Merkel es consciente de que el SPD no estará en condiciones de empezar a negociar un pacto para sostenerla en el Gobierno alemán hasta enero. Pero lo asume como mal menor y para evitar una nueva convocatoria electoral, escenario que tanto ella como su partido descartan por completo.

Sea lo que sea lo que pueda ofrecerle el SPD -una nueva "gran coalición" o un compromiso para que pueda gobernar en minoría con apoyos socialdemócratas en el Bundestag-, la decisión de esperar a lo que decida el principal partido de la oposición está tomada.

Y Merkel misma inició ayer el cortejo. "Estamos dispuestos a iniciar conversaciones con el SPD con la misma voluntad de llegar a un acuerdo con que llevamos las negociaciones con el Partido Liberal (FDP) y Los Verdes", dijo la canciller germana tras una reunión de la cúpula de la CDU.

Esas conversaciones se fueron al traste hace una semana al decidir los liberales levantarse de la mesa por desavenencias, principalmente, con la CSU, el partido bávaro hermanado con la CDU, que tampoco aceptaría, más que a regañadientes, y para evitar unos nuevos comicios, un gobierno en minoría que no tuviese comprometido firmemente el respaldo parlamentario del SPD.

Los socialdemócratas habían rechazado rotundamente la posibilidad de reeditar la "gran coalición", pero, tras el fracaso de las conversaciones con Verdes y liberales, y no menos a regañadientes, empezaron a abrirse a sostener a Merkel días atrás, después de que el presidente del país, el socialdemócrata Frank Walter Steinmeier, instara a ambos partidos a reunirse cara a cara para buscar una salida a la complicada situación.

Molesto por tener que desdecirse en público de su postura anterior, el líder del SPD, Martin Schulz, ratificó ayer su disposición al diálogo, pero sin prejuzgar cuáles pueden ser los resultados de una hipotética negociación, mientras en las redes sociales daba a entender que una nueva "gran coalición" no será posible: "Puede que estemos ante una constelación que no se ha dado todavía en la república federal". La reunión convocada por Steinmeier se celebrará este jueves.

"Hemos decidido aceptar la invitación del presidente. Todo el mundo tiene claro que el SPD no está en una situación fácil. Nadie puede saber lo que saldrá de esa reunión", dijo Schulz.

Y, en todo caso, precisó, "lo que salga de ese proceso será sometido al voto de los militantes". La clave del consenso podría estar en la satisfacción de peticiones del SPD como una rebaja fiscal para los ingresos bajos y medios, un programa de inversiones y una reforma de la sanidad y de las pensiones.