El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no aceptará la reconciliación entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) si estos no reconocen "el Estado de Israel y, por supuesto, el Estado judío" y mientras Hamás mantenga relaciones con Irán.

Israel no aceptará "esa calma imaginaria donde el lado palestino está reconciliándose a expensas de nuestra existencia", aseguró Netanyahu en un encuentro de miembros de su partido, el Likud, con las autoridades del asentamiento de Maale Adumin, en Jerusalén Este.

"Cualquiera que desee reconciliarse debe saber que nuestra posición es muy simple: tiene que reconocer al Estado de Israel, desmantelar el brazo armado de Hamás y romper los lazos con Irán, que está llamando a nuestra destrucción. Son cosas muy claras", afirmó. Netanyahu prometió a las autoridades locales que impulsará la construcción de miles de viviendas en territorio ocupado.

Por su parte, el ministro de Educación, Naftali Benet, dio una versión aún más dura del proceso de conversaciones entre Hamás y la ANP al afirmar que "no trata sobre la reconciliación palestina, sino sobre un Abu Mazén (el presidente palestino, Mahmud Abás) acercándose a una organización terrorista".

Por su parte, Ismail Haniye, líder político de Hamás, afirmó en Gaza que su grupo mantendrá la milicia armada en la Franja, pese a la reconciliación y entrega del control administrativo a la ANP.

"Tenemos dos brazos, el de la Policía y el Gobierno, y el de la resistencia. Y mientras haya ocupación seguirá habiendo resistencia", señaló Haniye. "Las armas de la Policía y de la seguridad quedarán bajo el control del Estado y bajo decisión política, pero en lo relativo a las armas de la resistencia, esta será organizada a través de la estrategia que construiremos junto con las facciones y poderes palestinos".

El líder de Hamás también aseguró que su movimiento está dispuesto a "pagar cualquier precio por el éxito de la reconciliación con Al Fatah y alcanzar una autoridad unida y organizada".

Señaló que el deseo de reconciliación está basado en el anhelo de acabar "con el bloqueo de Gaza y el sufrimiento de nuestra gente" y añadió que el partido Al Fatah, que gobierna en Cisjordania, deberá tomar "una decisión política común y unida".