La Policía de Londres investiga como "acción terrorista" una explosión registrada ayer en un convoy de la línea "District" del metro de la ciudad, en concreto en la estación de Parsons Green (suroeste), que dejó una veintena de heridos leves, algunos por quemaduras y otros por golpes sufridos durante la estampida que se produjo después del atentado, cuando cientos de viajeros intentaban salir del suburbano en hora punta.

El yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) reivindicó la autoría del ataque en una lacónica nota publicada en Telegram. En el comunicado, la agencia Amaq, su plataforma de propaganda habitual, asegura haber recibido de "una fuente" la información de que "un artefacto" había explotado en el metro de Londres, acción llevada a cabo por "un destacamento" del grupo, no por sus "soldados". Tampoco da un balance de víctimas.

Sin embargo, en una decisión anunciada al filo de las diez de la noche, y después de que se conociera la reivindicación del grupo yihadista, el Gobierno elevó a "crítico", el más alto, el nivel de amenaza terrorista contra el país, lo que significa que un atentado puede ser inminente.

Con anterioridad, la primera ministra, Theresa May, había confirmado que el Reino Unido mantendría el nivel de alerta en "grave", el segundo más alto de una escala de cinco y que significa que un atentado es altamente probable.

La explosión del artefacto, alojado en un cubo blanco que se encontró en un vagón del tren, ocurrió a las 8.21 horas (una hora menos en Londres).

Pasada la confusión inicial, Scotland Yard confirmó que investigaba lo sucedido como un atentado, no obstante lo cual no precisó si la acción terrorista era obra de radicales islámicos o de la extrema derecha.

La Policía lanzó una amplia operación de búsqueda del responsable o los responsables de la explosión del "cubo bomba". Según "The Guardian", los investigadores están examinando imágenes del circuito cerrado de televisión del metro para determinar por dónde entró y salió el autor o autores y si al artefacto fue detonado por control remoto.

La bomba será examinada por expertos forenses, que esperan encontrar pistas sobre los responsables una vez que se examine el método de fabricación, los productos químicos y el tipo de detonador. Según indicaron varios medios, era de fabricación casera y no llegó a explotar completamente, lo que también podría aportar información adicional a los expertos.

La "premier" británica indicó que el artefacto casero "tenía como objetivo causar un gran daño" y pidió a los ciudadanos que se mantengan "alerta" en el transporte público de la capital británica. "La Policía y los servicios de seguridad están trabajando para comprender al completo las circunstancias de este cobarde ataque e identificar a los responsables", añadió.

Comité Cobra

May presidió horas después una reunión del comité de emergencia Cobra, formado por los principales ministros, las fuerzas del orden y representantes de los servicios secretos, aunque en esta ocasión también se sumó el alcalde de Londres, el laborista musulmán Sadiq Khan.

"La amenaza terrorista a la que nos enfrentamos es grave, pero trabajando unidos les derrotaremos", dijo la primera ministra, y felicitó por su "profesionalidad" a la Policía y a los servicios de emergencia.

Además, al serle preguntada por las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que sugirió que los autores del atentado estaban en el radar de la Policía británica, May contestó que "especular sobre una investigación en marcha no ayuda a nadie".

"Otro ataque en Londres a cargo de un terrorista fracasado. Estas son personas enfermas y dementes que estaban a la vista de Scotland Yard. ¡Debemos ser proactivos!", escribió Trump, a bote pronto, en Twitter.