El presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmó ayer que los 33 jueces nombrados por la Asamblea Nacional para el Tribunal Supremo serán detenidos "uno a uno". Maduro profirió esta amenaza poco después de hacerse pública la detención de Ángel Zerpa, uno de los magistrados.

Esta detención, calificada por el vicepresidente primero del Parlamento venezolano como un "acto de terrorismo de Estado" fue seguida por un cambio de tono en el discurso de Maduro, que intentó apelar al diálogo para alcanzar un "acuerdo de convivencia" después de que la oposición llamara a los ciudadanos a protestar contra la Constituyente en los centros de votación durante esta semana, amenazando con detener la votación del domingo.

Horas más tarde, el jefe de campaña de los comicios a la Constituyente, Héctor Rodríguez, invitó al "pueblo opositor" a alejarse de la "violencia" y el boicot a esta votación por parte de los partidos antichavistas y participar el 30 de julio en la elección de los redactores de una nueva Carta Magna.

Mientras, numerosos supermercados de Caracas cerraron ayer con más estanterías vacías de lo habitual después de que los habitantes de la capital hicieran acopio de alimentos y otros productos básicos ante el paro general contra el Gobierno que la oposición ha convocado para mañana y el jueves.

En España, dirigentes de IU, del PCE y de ERC han enviado mensajes de apoyo a la Constituyente en los que acusan a la derecha del país de "golpista" y "violenta" y llaman a rechazar lo que consideran "imperialismo" de Estados Unidos y la UE.