Reino Unido vivió ayer un frenético fin de campaña para las elecciones legislativas de hoy, ensombrecidas por el atentado de Londres del pasado sábado, en las que 50 millones de ciudadanos están llamados a las urnas. Con las encuestas situándolos en empate técnico, la primera ministra conservadora, Theresa May, y el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, redoblaron sus esfuerzos para arañar unos votos que pueden ser decisivos si el resultado final es tan apretado como auguran unas empresas de prospectiva a las que, sin embargo, el fiasco del "Brexit" ha dejado muy en entredicho.

La líder "tory" visitó un mercado de carne en Londres, antes de viajar por varias localidades del este y el centro de Inglaterra, donde intentó que el electorado centre de nuevo su atención en la necesidad de contar con un liderazgo fuerte para negociar el "Brexit".

El líder laborista estuvo, por su parte, en la ciudad escocesa de Glasgow, antes de desplazarse a varias ciudades de Inglaterra y concluir su campaña en el barrio londinense de Islington. El político izquierdista, que en pocos meses ha pasado de ser rechazado por los parlamentarios de su propio partido a tener serias opciones de dirigir el país, defendió la importancia de mejorar los servicios públicos, en especial el Servicio Nacional de Salud (NHS).

Cambio de leyes

El asunto más controvertido de las últimas horas fueron las declaraciones del martes de May sobre su disposición para cambiar las leyes sobre derechos humanos si fuese necesario para combatir el terrorismo. May aseguró que está dispuesta a "restringir la libertad y los movimientos de los sospechosos de terrorismo cuando haya suficientes indicios para saber que representan una amenaza, pero no suficientes pruebas para procesarlos", además de facilitar las deportaciones de sospechosos extranjeros y aumentar las penas por delitos de terrorismo.

Corbyn puso en duda la eficacia de estas medidas y negó que el antiterrorismo requiera "restringir los derechos en casa". "La respuesta correcta a los ataques es frenar los recortes conservadores, invertir en nuestras fuerzas de seguridad y proteger los valores democráticos, incluida la Ley sobre Derechos Humanos", sentenció.