El Parlamento de Turquía aprobó ayer la polémica reforma constitucional que entregará todo el poder ejecutivo al jefe del Estado, Recep Tayyip Erdogan, si llega a respaldarse en un plebiscito cuya celebración se prevé para finales de marzo o primeros de abril.

El proceso parlamentario arrancó el 10 de enero y los 18 artículos de la reforma se han votado en dos ciclos de debates, que acabaron en la madrugada de ayer con el voto final sobre el paquete entero.

La propuesta obtuvo 339 votos a favor, nueve más del límite de tres quintos (330 de 550 escaños) necesario para poder llevar a referéndum una reforma constitucional, pero lejos de los dos tercios (367 votos) exigidos para aprobarla directamente en la Cámara. A favor votaron Justicia y Desarrollo (AKP), en el Gobierno desde 2002 e impulsor de la reforma, y los nacionalistas.

Los debates elevaron al máximo la tensión en la Cámara, con sesiones maratonianas y que varias veces se vieron interrumpidas por peleas. La trifulca más grave, que obligó a hospitalizar a una diputada, fue el jueves entre varias parlamentarias, cuando una opositora se encadenó al micrófono para bloquear los debates.