Una tumba de piedra procedente de Sierra Maestra, con un pequeño hueco para albergar sus cenizas, es desde ayer el lugar de reposo definitivo de Fidel Castro en Santiago de Cuba. Para quedar engarzado con la historia, el comandante fue inhumado cerca de donde yacen los restos del héroe independentista José Martí, en una ceremonia privada a la que solo asistieron familiares, autoridades y algunos líderes políticos extranjeros especialmente cercanos, como el presidente venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega .

En Santiago de Cuba culminó el recorrido de mil kilómetros de las cenizas de Fidel, iniciado a comienzos de semana en La Habana, siguiendo el itinerario inverso al de la denominada "Caravana de la Libertad". Fue la marcha por etapas con la que, en 1959, se consumó el triunfo revolucionario, con el comandante al frente de mil "barbudos", como se conocía entonces a los rebeldes que luchaban contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Raúl Castro, ahora presidente, depositó la urna de cedro con las cenizas de su hermano Fidel en el interior de una roca, de más de cuatro metros de altura, traída desde Sierra Maestra, el enclave montañoso en el que arrancó las lucha guerrillera. Pero además de la tumba, el lugar elegido para enterrar a Castro alberga una parte de la historia cubana. En el cementerio de Santa Ifigenia descansan el prócer nacional José Martí; Carlos Manuel Céspedes, otro de los padres de la patria cubana, y la madre de los generales independentistas José y Antonio Maceo, Mariana Grajales, considerada la encarnación del valor de la mujer cubana.