El alejamiento de la perspectiva de una tregua a corto plazo en Siria ha reforzado las actividades aéreas sobre la martirizada ciudad de Alepo. Decenas de personas -entre 40 y 90, según las diferentes fuentes- murieron ayer en ataques aéreos de las fuerzas gubernamentales y sus aliados rusos contra los barrios de la ciudad y de su periferia controlados por milicias rebeldes.

En Alepo, antaño segunda ciudad de Siria con unos tres millones de habitantes, permanecen unas 250.000 personas. Los planes de Damasco incluyen incitar a la mayoría de estas personas a abandonar la urbe, para proceder sin trabas humanitarias a la conquista de sus zonas rebeldes. Con este fin, las autoridades sirias hicieron ayer un llamamiento a los habitantes para que salgan de esos barrios y se entreguen en puestos del Ejército, asegurando que no serán detenidos ni interrogados y prometiendo que se les suministrará ayuda.

Según fuentes de Damasco, la actual ofensiva sobre Alepo tendrá carácter integral e incluirá un asalto por tierra, una vez que los resultados de los actuales bombardeos aéreos y de artillería sean considerados satisfactorios. Pese a todo, EE UU y Rusia mantienen vivo el cordón negociador para una eventual tregua. Sus responsables de Exteriores, John Kerry y Serguéi Lavrov, celebraron ayer una breve reunión en Nueva York, calificada de "constructiva" pero juzgada insuficiente.