Los sindicatos franceses echaron ayer un nuevo pulso en las calles a la reforma laboral con una movilización en varias ciudades que anoche, al cierre de esta edición, se había saldado con 15 policías heridos y 62 arrestos, informó el ministerio del Interior.

El comunicado oficial no precisó el número de heridos entre los manifestantes, que llegaron a las 78.000 personas en toda Francia y 13.000 solo en París, según las autoridades, y a las 170.000 y 40.000, respectivamente, según los sindicatos.

Los antidisturbios utilizaron gas lacrimógeno y cañones de agua para sofocar algunas de las manifestaciones. Decenas de personas lanzaron botellas, latas y bombas incendiarias caseras a los agentes.

La decimocuarta jornada de protestas contra la reforma laboral desde el comienzo de su lucha en marzo la encabezó de nuevo la Confederación General del Trabajo (CGT).

En total se contabilizaron más de 110 marchas en todo el país, acompañadas de paros en sectores como el transporte o la televisión, que intentaron mantener viva la protesta, después de que la última jornada antes de las vacaciones, el 5 de julio, apenas llenara las calles.