La muerte irrumpió ayer en la intensa campaña que vive el Reino Unido sobre su eventual salida de la UE, que quedó suspendida durante el resto de la jornada. La diputada laborista Jo Cox, de 41 años, falleció poco antes de las dos de la tarde -una hora más en España- en la localidad de Birstall, próxima a Leeds (norte del país), por las graves heridas que le acababa de infligir un hombre que le disparó y la apuñaló varias veces. El supuesto asesino, Tommy Mair, de 52 años y vecino de la localidad desde hace tres décadas, fue detenido. Otro hombre, de unos 50 años, resultó herido leve durante el ataque.

Se trata del primer asesinato de un diputado británico desde que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) se atribuyese la muerte del conservador Ian Gow en 1990. La Policía británica considera que el asesinato de Cox es "un incidente aislado, aunque con amplias consecuencias".

Los motivos de la brutal agresión no han sido todavía esclarecidos. Sin embargo, un testigo que vive cerca del lugar de los hechos relató al diario "The Guardian" que había escuchado a Mair gritar "Primero el Reino Unido" ("Britain First", nombre de un grupo ultraderechista contrario a la inmigración), antes de atacar a Cox y durante su arresto. La diputada, que acaba de salir de una biblioteca de la localidad donde semanalmente se reunía con sus electores, hacía una campaña muy activa por la permanencia de Reino Unido en la UE, posición que defienden sin fisuras los laboristas.

Cox, madre de dos hijos y diputada desde 2015, formaba parte del grupo de 36 legisladores laboristas que el año pasado propusieron al actual líder, el izquierdista Jeremy Corbyn, como candidato a la secretaría general del partido, aunque posteriormente dio marchar atrás y no le votó. En sus intervenciones parlamentarias se había destacado por su defensa de la diversidad y de los derechos de los inmigrantes, así como por sus ataques a los bombardeos británicos sobre Siria.

"Salía de la biblioteca con su asistente y (el atacante) la estaba esperando. Primero le apuñaló y un hombre trató de detenerle, luego le disparó", relató a los medios Terry Flynn-Edwards, que fue testigo de lo sucedido.

Otras personas que se encontraban en el lugar describieron cómo el atacante, ataviado con una gorra blanca, disparó una pistola con aspecto "antiguo" al menos tres veces contra Cox, dos de ellas cuando ya estaba tendida en el suelo, además de apuñalarla. "Vimos a un hombre que llevaba una gorra blanca sucia y una cazadora. Comenzó a darse empujones con otra persona y, de repente, sacó un arma, hizo un disparo y salimos corriendo. Luego escuchamos un segundo disparo", relató un testigo a la cadena Sky News. Según esta fuente, el agresor estaba "golpeando y tirando del pelo" a Cox cuando intervino otro hombre, que sería el que resultó herido leve.

La propietaria de un café cercano narró a la BBC que en total hubo tres disparos. "El primero la derribó, y luego vinieron otros dos más. El tercero lo hizo de cerca, en la zona de la cabeza", relató la testigo, quien añadió que "mientras disparaba la estaba apuñalando con su cuchillo".

El asesinato de Cox causó ayer conmoción dentro y fuera del Reino Unido, donde las condolencias estuvieron encabezadas por el primer ministro, David Cameron, que volaba rumbo a Gibraltar, y por el líder laborista, Jeremy Corbyn. El líder del eurófobo UKIP, Nigel Farage, uno de los máximos defensores del "Brexit", se mostró "terriblemente entristecido".