El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, hizo ayer una visita sin precedentes a la ciudad japonesa de Hiroshima, la primera en sufrir una bomba atómica, el 6 de agosto de 1945. Kerry, que no pidió perdón por un bombardeo que mató a más de 160.000 personas y dejó a miles afectadas por la radioactividad, calificó de "devastador" el museo de las víctimas y confió en que el presidente Obama pueda visitar la ciudad. En la foto, Kerry (segundo por la izquierda) desposita una corona de flores ante el cenotafio de las víctimas, junto a sus homólogos japonés, británico y canadiense, desplazados todos a Japón para una reunión del G-7.