El presidente de Francia, François Hollande, que reunió de inmediato a su Gabinete de crisis, anunció la pasada medianoche la declaración del estado de emergencia en todo el territorio francés y el cierre de las fronteras del país ante los "atentados terroristas sin precedentes" sufridos por la capital francesa.

En una solemne declaración televisada, Hollande comunicó a sus conciudadanos y al mundo que ya se habían contabilizado "decenas de muertos" y un gran número de heridos por los ataques terroristas entonces "en curso", por lo que ordenó la intervención de refuerzos militares para ponerles fin.

Hollande explicó que se encontraba en curso "una operación de asalto de las fuerzas de seguridad", en alusión a la sala de conciertos Bataclan, en el distrito 11.º de París, donde un centenar de personas fueron secuestradas por un comando terrorista y donde se informaba de decenas de cadáveres.

"Es un horror. Se trata de unos ataques terroristas sin precedentes que todavía continúan perpetrándose", comunicó Hollande, con semblante tenso y profundamente emocionado. El presidente francés anunció la movilización de "todas las fuerzas posibles para neutralizar a los terroristas, controlar todos los barrios de París y evitar nuevos ataques".

Un Consejo de Ministros extraordinario aprobó al inicio de la madrugada el estado de urgencia en todo el territorio francés, lo que implica la clausura de enclaves estratégicos y restricciones a la circulación.