Las autoridades chinas han anunciado una nueva normativa laboral por la que los oficiales que no respondan a las expectativas depositadas en ellos -ya sea por vagancia, corrupción o simple incompetencia- podrán ser despedidos. La nueva reglamentación, decretada el viernes por el politburó del PC chino, responde al duro discurso pronunciado el año pasado por el primer ministro del país, Li Keqiang, quien acusó a los funcionarios del país de comportarse de una manera "vaga y perezosa" a la hora de aplicar las directivas del comité central.

"Los niveles de burocracia han alcanzado un grado ridículo", declaró el primer ministro el pasado abril durante una conferencia económica en Pekín.