El primer ministro nipón, Shinzo Abe, envió ayer una ofrenda al polémico santuario de Yasukuni en Tokio, ligado al pasado militarista del país, un gesto que molestará a países que sufrieron el expansionismo de Japón.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, envió ayer una ofrenda al polémico santuario de Yasukuni en Tokio, ligado al pasado militarista del país, un gesto que molestará a países que sufrieron el expansionismo de Japón.