Dos españoles brillan desde ayer en la cúpula de la política francesa. Tras la elección en las municipales del pasado domingo de la gaditana Anne Hidalgo como alcaldesa socialista de París, el presidente Hollande pagó ayer con un cambio de Gobierno su peaje por la derrota del PS en las urnas: el hasta ahora ministro del Interior, Manuel Valls (Barcelona, 1962), sustituirá a Jean-Marc Ayrault como primer ministro.

El nombramiento de Valls, hombre del ala derecha socialista, fue anunciado por el jefe del Estado en un mensaje televisivo de siete minutos, horas después de haber aceptado la dimisión de Ayrault, con quien almorzó. Hollande le agradeció la "valentía y abnegación" con la que ha logrado "restablecer una situación muy degradada" y dijo haber entendido el mensaje de "descontento y decepción" enviado por los electores.

"No (hay) suficiente cambio, no (hay) suficiente empleo, todavía (hay) demasiado paro, todavía (hay) demasiados impuestos, y todavía (hay) demasiados interrogantes sobre la capacidad de nuestro país para salir adelante. Es el mensaje que me habéis dirigido y que recibo personalmente", enfatizó el presidente, que tiene las cotas de popularidad más bajas de toda la V República.

Hollande anunció "una nueva etapa" con un Gobierno "de combate", más reducido, que Valls dirigirá con tres objetivos: devolver a Francia su fuerza económica, concentrarse en la justicia social y aumentar el poder adquisitivo de los franceses. "Son las empresas las que crean empleo. La primera de las injusticias es el desempleo. Es decisivo para el futuro de nuestro país producir más, en Francia, y de forma diferente", añadió Hollande, quien prometió una "disminución de impuestos" y de las cotizaciones que pagan los trabajadores "de aquí a 2017".

El presidente de Francia, que el domingo asistía por primera vez a un veredicto de las urnas desde su victoria de mayo de 2012 sobre el conservador Sarkozy, subrayó que "la recuperación del país es indispensable" y pasa por renovar el "aparato productivo", sanear las "cuentas públicas" y reconquistar la "influencia en Europa y en el mundo".