Los partidos Conservador y Laborista de Reino Unido han alcanzado un acuerdo que les permite salvar la ley sobre el matrimonio homosexual y seguir adelante con su tramitación en el Parlamento, tras un intenso debate en la Cámara de los Comunes que ha evidenciado la división de opiniones en las filas 'tories'.

El Partido Conservador ha dado libertad de voto a sus diputados para pronunciarse a favor o en contra de ampliar las uniones civiles a todo tipo de parejas. La formación ha vuelto a anteponer la conciencia e ideología individuales a la disciplina de partido después de que, en febrero, la mitad de sus parlamentarios rechazasen el matrimonio gay.

El primer ministro, David Cameron, considera que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo haría de Reino Unido una sociedad más justa, pero no todos sus compañeros de filas comparten esta visión.

El sector 'tory' crítico presentó una enmienda que proponía la ampliación de la actual ley de parejas de hecho -en vigor para los homosexuales- a las parejas formas por personas de distinto sexo. El texto, sin embargo, contó con 340 votos en contra y 150 a favor, de los cuales 121 procedieron de los conservadores, incluidos dos miembros del Ejecutivo, según la prensa británica. El principal defensor del texto, Tim Loughton, ha apelado a la "igualdad" para defender su enmienda, aunque lo cierto es que, de haber salido adelante, habría supuesto retrasar varios años o incluso tumbar definitivamente la legalización de las bodas gays.

El debate sobre el matrimonio homosexual en Reino Unido llega días después de su promulgación en Francia y en plena crisis de liderazgo de Cameron, asediado por euroescépticos y el sector más conservador de su partido.