Acosado por la justicia el periodista australiano Julian Assange ha vuelto a poner en el atolladero a Estados Unidos. Sus revelaciones de las opiniones que tiene la primera potencia mundial sobre los principales líderes políticos mundiales, a través de filtraciones a varios periódicos mundiales, han vuelto a dejar en evidencia al ejecutivo de Barack Obama. Assange, en busca y captura por un tribunal sueco por un presunto delito de violación, acoso sexual y coacción ilícita, siempre ha visto detrás de esta maniobra la mano ejecutora del gobierno estadounidense. En las nuevas filtraciones de Wikileaks, la página digital que dirige el australiano que ayer permaneció bloqueada durante la mayor parte del día, se recogen informes y comentarios elaborados por funcionarios americanos. Entre otras cosas se asegura que el Gobierno de Estados Unidos tiene dudas sobre la salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y que el líder de Afganistan, Hamiz Karzai, es "un auténtico paranoico".

Revelaciones como ésta podrían hacer tambalear las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con algunos de sus principales aliados. Uno de los peor parados en los archivos que acaba de desvelar Julian Assange es el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, al que, siempre según los documentos, se le describe como a un político autoritario cuyo estilo personal le permite conectar a la perfección con el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. De hecho, a Putin se le apoda como "perro-alfa". Del italiano en los informes se asegura que da unas "fiestas salvajes" y se dice que su comportamiento despierta una "profunda desconfianza".

Buena parte de estos asuntos han salido a la luz porque, según las filtraciones realizadas por Wikileaks, el gobierno de Barack Obama ordenó a sus diplomáticos hacer un completo seguimiento de los principales líderes mundiales, especialmente sobre el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.

Así, por ejemplo al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, uno de los principales enemigos del gobierno americano los diplomáticos lo comparan directamente con el dictador alemán Adolf Hitler.

Tampoco se libra de los comentarios el presidente del Gobierno de Francia, Nicolas Sarkozy, al que se le apoda como "el emperador desnudo". Se asegura también que la diplomacia de Estados Unidos está ejerciendo un fuerte seguimiento de cualquier movimiento de Sarkozy por si trata de obstaculizar la política exterior americana. De la líder del gobierno alemán, Ángela Merkel, los diplomáticos americanos opinan que tiene carácter de "teflón", y que "huye de los riesgos y rara vez es creativa". Pero el peor parado en los documentos del Gobierno germano es el ministro de asuntos exteriores, Werner Hoyer, al que se les describe como a un "incompetente, vanidoso, de personalidad exuberante, difícil de tratar y antiamericano".

De Muamar al Gadafi, líder del Gobierno de Libia, se dice que siempre va a acompañado de una enfermera ucraniana rubia "muy voluptuosa", que usa botox y que es un hipocondríaco. Según un embajador americano el presidente libio hace filmar todos sus exámenes médicos para analizarlos después de forma meticulosa con sus doctores personales; y no tiene reparos en relatar en eventos privados a sus más allegados la corrupción que se vive en su país.

Los presidentes más polémicos de los países latinoamericanos también han sido objeto de crítica por parte de la diplomacia de Estados Unidos. Pero, según Wikileaks en uno de los asuntos en los que más empeño está poniendo el gobierno de Obama es en negociar con sus países aliados de América Latina para tratar de dejar aislado al venezolano Hugo Chavez.

Entre los amigos de la diplomacia estadounidense los informes citan a los dos principales enemigos de Irán: el Rey Abdalá de Arabia Saudí y el jeque de Abú Dhabi, Bin Sajid Al Nahjan. De este último se asegura que "comparte la idea de que es mejor una guerra rápida ahora contra Irán que tener en un futuro un Irán nuclear".

Sobre el que la diplomacia de la primera potencia mundial ha construido un fuerte cerco, revela Wikileaks, es sobre el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. EE UU descarta que tenga un plan oculto islamista, basándose en la información de un confidente de la delegación estadounidense en Ankara. Y se le dibuja como un "adicto al trabajo", "perfeccionista" y "obstinado".