La líder del movimiento demócrata birmano, Aung San Suu Kyi, fue hoy declarada culpable y condenada a tres años de trabajos forzados por el tribunal especial que la juzgó por quebrantar el arresto domiciliario. Tras ser declarada culpable, la Junta Militar que preside el general Than Shwe, conmutó la pena impuesta a la Nobel de la Paz y ordenó que fuera confinada en su residencia de Rangún durante un año y medio, indicaron fuentes judiciales.

La orden fue dada por el jefe de la Junta Militar por medio de un mensaje leído en la sala por el ministro del Interior, general Maung Oo.

En su mensaje el general Than Shwe indicó que había decidido rebajar la pena a Suu Kyi con la finalidad de mantener la "paz y la estabilidad" y dado que ella era hija del general Aung San, considerado el héroe de la independencia del Reino Unido, que fue asesinado en 1947.

Un aparente fallo en las medidas de seguridad permitió el pasado mayo que el estadounidense John William Yettaw cruzara a nado el lago que da a la parte trasera de la vivienda y se colara en el interior de la casa en la que la Nobel de la Paz cumplía desde hacía casi seis años la orden de arresto domiciliario impuesta por la Junta Militar por activismo político. Suu Kyi fue acusada de quebrantar los términos del arresto domiciliario al cobijar dos noches en su casa a Yettaw, juzgado por infringir las normas de seguridad ciudadana.

En el mismo juicio, el estadounidense fue condenado a siete a años de prisión, incluidos cuatro de trabajos forzados, mientras que las dos mujeres -madre e hija-, que asisten a Suu Kyi, permanecerán también al menos 18 meses confinadas en la casa de estilo colonial, aunque desconchada, que la líder opositora heredó de su madre y que está ubicada en la avenida Universidad, en el barrio alto de Rangún. Yettaw, de 54 años y quien padece de diabetes, fue dado de alta médica anoche por los médicos del Hospital General de Rangún, donde estuvo ingresado una semana para recibir cuidado contra los ataques de epilepsia que sufre desde hace años.

Las autoridades permitieron la asistencia de los diplomáticos a la vista, celebrada en un pabellón del complejo penitenciario de Insein en el que Suu Kyi se encuentra encarcelada desde pasado 14 de mayo. Con motivo de la vista, cerca de 2.000 efectivos de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en el perímetro de la prisión y en los accesos al barrio de Insein.

Como en días anteriores, los diarios estatales publicaron de nuevo hoy martes, advertencias sobre las drásticas acciones que llevarán a cabo las fuerzas de seguridad ante cualquier protesta callejera por parte de los seguidores de la Nobel de la Paz. El veredicto, que en principio iba a ser emitido el 31 de julio, fue aplazado hasta el 11 de agosto por el tribunal especial en base a que era necesario más tiempo para estudiar los argumentos legales relacionados con la Constitución de 1974, reemplazada el año pasado por otra aprobada por medio de un referéndum.

El juicio estuvo dominado por ese hermetismo propio del régimen militar y las cortapisas que los jueces pusieron a los abogados que defendieron a la líder opositora.