El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, secundó ayer al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al instar a que no se desista “ni un minuto” en el objetivo de “conseguir una reducción eficaz del armamento nuclear” en todo el mundo.

Para ello, remarcó, “las potencias nucleares deben reducir progresivamente su fuerza” en este ámbito y aquellos países que “puedan tener la tentación”, habrán de “apartarse de cualquier camino nuclear” que tenga “fines militares”, señaló durante su intervención en la inauguración del II Foro de la Alianza de Civilizaciones que arrancó ayer en Estambul.

Zapatero hizo referencia al discurso pronunciado el domingo en Praga por Obama, donde estableció las líneas generales de la nueva estrategia estadounidense para garantizar, en un futuro a largo plazo, “un mundo sin armas nucleares”, a través del fortalecimiento de los tratados de reducción de armamento.

El jefe del Ejecutivo se manifestó convencido de que la Alianza de Civilizaciones, una idea que partió de él, copatrocinó junto con Turquía y es ya una iniciativa asumida por la ONU, “empieza a ser la casa común de la tolerancia y el respeto” con proyectos dirigidos, entre otras cosas, a los medios de comunicación para ponerlos en contacto con expertos en diálogo de civilizaciones para que les orienten cuando surjan conflictos nacidos de diferencias religiosas o culturales.

Durante su discurso, Zapatero aludió al recién elegido secretario general de la OTAN, el primer ministro danes, Anders Fogh Rasmussen, presente en el acto, para indicarle que podrá contar con la Alianza de Civilizaciones para “colaborar a reducir espacios de conflicto y fortalecer las acciones de convivencia”. Su “asignatura pendiente”, en opinión de Zapatero, es Afganistán.

Tras la inauguración Rasmussen participó en una de las sesiones del foro y se comprometió a prestar atención durante su mandato como jefe político de la Alianza, a partir del verano, a las distintas sensibilidades religiosas y políticas de las comunidades. También dijo que se marcará como una de sus “principales prioridades” el “establecimiento e intensificación del diálogo con el mundo musulmán”.

En una velada alusión a la crisis desatada en 2006 por la publicación de unas caricaturas de Mahoma en un diario danés, Rasmussen defendió la libertad de expresión como un derecho “esencial”, aunque también lo es, dijo, el respeto a todas las creencias. El papel que Rasmussen desempeñó en esa crisis le dificultó hasta el último momento que Turquía accediese a que se le eligiera como nuevo secretario general de la OTAN.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que participó en la inauguración, reconoció durante una entrevista bilateral con Zapatero antes de comenzar los actos, que la Alianza de Civilizaciones debería demostrar “con cosas tangibles” que es capaz de llegar a los ciudadanos de la calle, según informaron fuentes gubernamentales españolas.

En su intervención, subrayó que ningún contingente de “cascos azules” podrá traer una paz duradera si las comunidades no muestran voluntad de entendimiento y valoró especialmente el mecanismo creado en el marco de la Alianza para poner en contacto a los medios de comunicación con expertos en diálogo intercultural.

El ex presidente iraní Mohamed Jatamí, que también ha participado en el foro, remarcó que la diferencia entre culturas y religiones “no debe ser motivo de enfrentamiento” ya que, señaló, las raíces de las guerras han estado normalmente ligadas a las cuestiones económicas.