Pueblos enteros han quedado destruidos casi por completo, según relatan testigos del terremoto que asoló la provincia de los Abruzos y causó enormes daños en la capital L’Aquila, uno de los lugares más afectados y muy próxima al epicentro del terremoto,.

Saul Chiuchiarelli, residente en esa ciudad, relató cómo logró salir ileso del terremoto mientras el techo de su vivienda se le venía encima. A Chiuchiarelli le despertó el seísmo y vio que pedazos del techo y de las paredes caían en su dormitorio. “No sólo el yeso, sino parte del hormigón caía sobre mí, aunque por fortuna, ninguno me alcanzó”, declaró.

Tanto él como algunos de sus vecinos salieron a las escaleras, que según explica, temblaban pero aún eran practicables, y todos ellos consiguieron salir ilesos a la calle.

Miedo a las réplicas

Ante el miedo a nuevas réplicas y a la posibilidad de que su casa tuviera daños estructurales, Chiuchiarelli se ha trasladado a su localidad de origen Ovindoli, donde los daños han sido “menores que en L’Aquila” y se ha llevado con él a dos de sus vecinos a los que ha brindado su hospitalidad.

“Hay pánico. Hay pueblos destruidos casi por entero. Las madres, los hijos, las mujeres, hemos salido todos fuera”, declaró uno de los supervivientes al diario italiano Corriere della Sera.

“No sé cuántas personas han quedado bajo los escombros. Yo me encontraba con mi mujer en la cama en la segunda planta. En la primera estaba mi madre con mis hijos. Todos los techos han caído. No sé ni cómo hemos conseguido salir con vida”, añadió.

Guido Mariani dijo ayer al diario transalpino La Repubblica que permaneció “durante tres horas bajo los escombros” y que, “afortunadamente”, dos vigas impidieron que un muro se le cayera encima.

Mariani aseguró que los que lo salvaron, retiraban los escombros con sus “manos desnudas”, pero no pudo decir cuánta gente quedaba bajo los escombros en el bloque de viviendas en el que se encontraba.

Natalia Amoroso, una joven estudiante de la ciudad de L’Aquila -uno de los lugares más afectados por el fuerte seísmo- ha podido saber de lo ocurrido la noche de ayer en su pueblo por el testimonio de unas compañeras.

“Yo me encontraba por la noche en Lanciano, pero he podido hablar con dos amigas mías del instituto y me han dicho que sólo quieren salir de allí. Por ahora no pueden, porque las calles están bloqueadas”, dijo Amoroso.

“Según me han dicho, nuestro instituto ha sufrido daños y hay edificios que se han desplomado por entero”, añadió.

La sacudida del terremoto le pilló a Loredana di Stefano en la cama de su casa de Lanciano, también en los Abruzos, desde donde sintió “las puertas de los armarios golpear y las lámparas balancearse”, comentó. Di Stefano vio a vecinos que salieron a la calle en pijama en plena noche ante el temor de que las réplicas pudieran sucederse.

La dificultad de ponerse en contacto con sus familiares y amigos ha aumentado la incertidumbre de los habitantes de los Abruzos.

Federica Cialfi, que vive en L’Aquila, comenta que “en la ciudad se venían sintiendo temblores ya desde octubre”.

Las autoridades habían evacuado su casa los pasados días 30 y 31 de marzo, después de registrarse temblores más fuertes de lo normal, lo que decidió a Cialfi a su pueblo natal, la localidad de Cupello.

Allí le despertó el seísmo de ayer, aunque reconoce que con menos fuerza que en la capital de la región.

De hecho, ha asegurado que la casa de su abuela en el barrio de Porta Napoli, en L’Aquila, está completamente destruida, aunque la propietaria no se encontraba dentro en el momento del terremoto.

Según Cialfi, ponerse en contacto con familiares en las zonas más afectadas, era “casi imposible” porque las líneas estaban colapsadas.

Después de muchos intentos, Cialfi consiguió hablar por teléfono con uno de sus primos que reside en L’Aquila y que le refirió que estaba vivo “de milagro”, ya que había salido a la calle a fumar minutos antes del seísmo, que derrumbó la pared de su habitación.

Dos jóvenes vecinos de L’Aquila que se encuentran en uno de los campos deportivos de la ciudad temen que entre las víctimas estén dos amigos suyos que decidieron huir a la vecina Onna tras la sacudida,

Las autoridades locales están preocupadas también por el elevado número de ancianos de L’Aquila, pues las temperaturas que se registraban ayer en la ciudad, en torno a los 20 grados centígrados, pueden provocar golpes de calor.

Por el momento, el sonido de las ambulancias se impone en las calles de L’Aquila.

Muchos vecinos esperan a cielo abierto que cesen los temblores

Los vecinos de la población italiana de L’Aquila esperan en aparcamientos, jardines y campos deportivos a que cesen los temblores que se registran desde la madrugada de ayer en el centro de Italia.

Como explicaron algunos de los supervivientes de la tragedia en uno de los dos campos deportivos de L’Aquila habilitados como puntos de encuentro, en la mañana de ayer se siguieron produciendo temblores de tierra que les obligaban a permanecer a cielo abierto, ante el peligro de nuevos derrumbamientos.

En L’Aquila se han habilitado dos campos deportivos, uno antes de la entrada al centro histórico y otro en las afueras, para que los supervivientes pasaran allí el tiempo que desearan a la espera de que la situación se estabilice.

Mucha gente aguarda allí, pero también puede verse a gran número de vecinos en los aparcamientos públicos, sentados sobre los capós de sus coches y con las puertas abiertas, a la espera de que lleguara la noche, pues algunos se plantean dormir en ellos, ya que las tiendas de campaña suministradas por las autoridades no alcanzan para todos los afectados.

Los medios de comunicación locales hablan de que son en total más de 100.000 los evacuados de sus casas, tras un terremoto que pudo sentirse también en el centro de Roma.

Consternación mundial por las víctimas del terremoto

El terremoto causó consternación alrededor del mundo y son muchos los mensajes de condolencia y ayuda llegados a las zonas afectadas y a la sede del Gobierno de Silvio Berlusconi en Roma.

De Moscú al Vaticano, pasando por Turquía, donde se encuentra de visita oficial el presidente estadounidense, Barack Obama, y participa en el foro de la Alianza de Civilizaciones el español, José Luis Rodríguez Zapatero, se han producido expresiones de dolor por las víctimas y de solidaridad con las autoridades italianas.

En el centro-este de España, la bandera de la ciudad de Cuenca, hermanada con L’Aquila, donde el seísmo ha causado los mayores daños, ondeará hoy a media asta en el balcón del Ayuntamiento, que decretó una jornada de luto oficial.

En Bruselas, un portavoz comunitario precisó que el centro de control de información de la UE responsable de establecer vínculos entre las autoridades de protección civil de los 30 países participantes se encuentra disponible para actuar en el momento que Italia lo solicite.

El presidente del gobierno español también ha trasladado de forma bilateral a Berlusconi sus condolencias.