efe  París

El congreso del Partido Socialista francés (PS), que finalizó ayer dividido y sin resolver la sucesión de su primer secretario Francois Hollande, dejó el voto en manos sus militantes que optarán el próximo jueves entre dos favoritas, Ségoléne Royal, Martin Aubry, y un tercero en discordia, Benoit Hamon. El fracaso de este congreso, que había comenzado en Reims el pasado viernes, quedó en evidencia con el hecho de que Hollande renunciara a su discurso de clausura, que para él debía ser también de despedida tras once años al frente de la formación.

"Nadie ha ganado pero se ha perdido mucho en la búsqueda de una mayoría", había admitido el todavía primer secretario tras constatar que en las negociaciones que se llevaron a cabo en lamadrugada de ayer no se logró una mayoría por alianzas entre las cuatro mociones que competían por hacerse con las riendas del PS.

Confrontación

Ségoléne Royal, cuya moción había sido la que terminó en primera posición en el voto de los militantes el pasado día 6 con un 29% de los sufragios, confirmó ayer que concurrirá a suceder a Hollande, su ex pareja, con el que mantiene desde la separación de ambos en 2007 una confrontación también en el plano político.

La ex candidata socialista a la presidencia francesa el pasado año y presidenta de la región Poitou-Charentes, lamentó que "no se ha aprovechado la mano tendida" que había ofrecido a los cabezas de las otras tres mociones.

"Hago un llamamiento a todos los militantes, que van a asumir sus responsabilidades para saber qué partido quieren: el de los métodos de otro tiempo o un PS orientado al futuro con una nueva generación y nuevos métodos", señaló a continuación en una reiteración del mensaje de que se enfrenta al aparato del partido al que acusó de no haberla apoyado bastante cuando disputó la presidencia del país a Nicolas Sarkozy.

El alcalde de París, Bertrand Delanoe, hizo saber ayer que renuncia a concurrir por el puesto de primer secretario pese a haber liderado una de las cuatro mociones sometidas a los militantes el pasado día 6 (quedó entonces en segunda posición con el 25% de los sufragios) porque "no hay que añadir división a la división".

Delanoe, que había tratado de constituir un frente común con Aubry, finalmente optó por no dar consigna de voto alegando que no quería poner más leña en el fuego de lo que calificó de "guerra de jefes", tras declararse "triste y decepcionado".