Elena Garuz  Moscú

Las autoridades rusas continúan investigando las causas del accidente de un submarino nuclear durante unas pruebas marítimas en el que murieron 20 personas y que tuvo lugar en un momento en el que el rearme se ha convertido en una de las prioridades de Rusia.

El Comité de Instrucción de la Fiscalía rusa abrió una causa criminal por violación de las reglas de conducción y explotación de buques de guerra, derivado en resultado de muerte por imprudencia.

El accidente del submarino nuclear de la flota rusa del Pacífico se produjo durante unas pruebas marítimas en aguas rusas del mar de Japón y fue provocado por una emisión de clorofluorocarbono tras la activación no autorizada del sistema antiincendios del sumergible.

En tanto, el submarino, que recibió la orden inmediata de suspender las pruebas, llegó este mediodía a su base provisional en la región rusa de Primorie, informaron las agencias rusas.

También arribaron a su destino en el extremo oriente del país los heridos en el accidente, que fueron evacuados a bordo del buque antisubmarino "Admiral Tributs".

El portavoz oficial del Comité de Instrucción de la Fiscalía, Vladímir Markin, precisó que entre los muertos se encuentran tres soldados y 17 miembros del equipo de los astilleros y que hay 21 heridos de diversa consideración ingresados en el hospital militar de la Flota del Pacífico en Vladivostok.

Declaración

"Declaro bajo mi responsabilidad que los reactores del submarino funcionan con normalidad y que los niveles de radiación corresponden a la norma", subrayó el portavoz de la Armada rusa, el capitán de navío Igor Digalo, tras el accidente. Indicó que en momento del accidente había 208 personas a bordo, de las que 81 eran soldados.

Precisó también que el sumergible se encontraba en fase de pruebas, llevadas a cabo por un equipo de los astilleros, y que su incorporación a la flota rusa del Pacífico estaba prevista para finales de este año.

El presidente ruso, Dmitri Medvéedev, que fue informado de inmediato, ordenó al ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, mantenerle al tanto de la situación y encomendó al Fiscal General, Yuri Chaika, llevar a cabo una investigación exhaustiva de lo ocurrido.

El accidente más grave de un submarino ruso tuvo lugar el 12 de agosto de 2000 en el mar de Barents, cuando 118 marineros perdieron la vida al hundirse a 108 metros de profundidad el sumergible atómico "Kursk" tras una explosión en la cámara de torpedos.

Tres años más tarde, el 30 de agosto del 2003, el submarino atómico "K-159" se hundió durante una tormenta, también en el mar de Barents, a una profundidad de 170 metros y con 10 personas a bordo, de las que una fue rescatada con vida.

El accidente ocurrido ayer tiene lugar en un momento en el que el rearme se ha convertido en una de las "prioridades" de Rusia tras la agresión georgiana contra la región separatista de Osetia del Sur en agosto y el futuro despliegue del polémico escudo antimisiles de Estados Unidos.

El pasado mes de septiembre, Medvédev subrayó que la modernización de las Fuerzas Armadas debe ser "una de las prioridades del Estado ruso".

Adelantó, además, que Rusia efectuará en el futuro maniobras militares "no sólo en la Federación Rusa o en los países miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, sino también con otros países que quieran ampliar la cooperación técnico-militar con la Federación Rusa".

Entre el 24 y el 30 de noviembre, una escuadra de la flota rusa del Norte visitará Venezuela y realizará ejercicios con navíos venezolanos, después de que en septiembre dos bombarderos estratégicos rusos Tu-160 realizaran misiones de vuelo desde territorio venezolano.