Los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, protagonizaron ayer, durante la última jornada de campaña, un maratón de mítines en los estados indecisos que hoy pueden colocar a uno de los dos en la Casa Blanca. McCain amaneció en Florida y se embarcó en una odisea de 20 horas de campaña a través de siete estados del país que culminará anoche en Arizona, después de haber pasado por Pensilvania, Indiana, Tennessee, Nuevo México y Nevada.

"Con este entusiasmo, esta intensidad, ganaremos Florida", dijo el senador por Arizona ante cientos de seguidores en Tampa, con una voz somnolienta tras haber plegado velas el domingo bien pasada la madrugada.

Obama estrenó también la jornada en Florida, el estado que dio la victoria al actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, en el 2000 y donde los dos candidatos están ahora empatados. "Tras ocho años de las políticas fallidas de George Bush y 21 meses de una campaña que nos ha llevado desde la costa rocosa de Maine a la soleada California, estamos a sólo un día del cambio en América", afirmó en Jacksonville (Florida). El senador por Illinois, que aspira a convertirse hoy en el primer presidente negro de EEUU, visitó Carolina del Norte y cerró su campaña con un mitin en Virginia.

Obama gana en los sondeos

Las últimas encuestas confirman lo que a estas alturas es ya bien sabido: Obama mantiene una cómoda ventaja sobre McCain, pero sigue habiendo un gran número de indecisos, el 8%, que podrían dar la sorpresa y apoyar al republicano.

Un sondeo conjunto del diario The Wall Street Journal y la cadena de televisión NBC publicado ayer daba a Obama ocho puntos de ventaja, el 51 frente al 43 por ciento. El margen se ha estrechado frente al 10% de la semana pasada .

Pese al adverso escenario que trazan las encuestas, Rick Davis, jefe de la campaña de McCain, insistió que todavía existe una vía hacia la victoria. "Si podemos ganar Nevada, Colorado y Nuevo México, de repente tenemos un nuevo camino hacia la victoria", dijo Davis.

Para ganar la Casa Blanca son necesarios 270 de los 538 votos del Colegio Electoral, que decide la Presidencia y que otorga a cada Estado un número de votos en función de su tamaño y población. Según las últimas proyecciones de la CNN, Obama tiene 291 votos electorales,

153 millones de votantes

Más de 153 millones de personas están convocadas a las urnas para elegir al nuevo presidente de Estados Unidos, una cita con la historia en la que el demócrata Obama parte como favorito en todas las encuestas, y en la que se espera una participación sin precedentes. Atrás quedan 21 largos meses de campaña que comenzaron con unas reñidas primarias en el lado demócrata y que han llevado a los aspirantes a recorrer millones de kilómetros en busca del voto.

En total se estima que unos 153,1 millones de estadounidenses se han registrado para votar en estos comicios, en torno al 73,5 por ciento de la población mayor de 18 años, diez millones más que en 2004.

El escenario para el senador McCain es desalentador. No ha estado por delante en ninguno de las 159 sondeos de las últimas seis semanas, y si quiere ganar la presidencia tendrá que imponerse en once de los estados que dieron la reelección a Bush en 2004, en seis de los cuales parte con ventaja Obama.

El equipo de Obama teme el ´efecto Bradley´ , que toma su nombre de otro afroamericano, el alcalde de Los Angeles Tom Bradley, que en 1982 se presentó como candidato a gobernador de California y pese a que las encuestas le daban ganador al final perdió las elecciones. La explicación fue que muchos blancos de los que dijeron que iban a votar por él para no ser tachados de racistas en realidad no lo hicieron.

La población afroamericana de EE UU asciende a 37 millones de personas, en torno al 12% de todo el país, y según encuestas más del 90% es partidario de Obama y saldrá masivamente a votar por él, quizá impulsados por la posibilidad de que por primera vez en la historia un hombre de su misma raza sea el primer inquilino de la Casa Blanca.