El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Bernard Koucher, y su homólogo británico, David Miliband, llegaron ayer a Kinshasa en un esfuerzo diplomático de la comunidad internacional para intentar frenar la crisis de la República Democrática del Congo y restablecer la paz.

Los representantes de ambos países tienen previsto reunirse con el presidente de la RDC, Joseph Kabila, antes de emprender su viaje hacia Goma, la capital de la provincia de Kivu Norte, donde se han venido produciendo violentos combates en las últimas semanas que han causado la huida de miles de civiles.

A su llegada a Kinshasa, Bernard Kouchner dijo en una declaración a los medios de comunicación que el objetivo del viaje que realiza con Miliband es "restablecer el contacto entre el Gobierno de Kinshasa y los rebeldes como paso previo a unas conversaciones de paz".

Kouchner aclaró además que la UE está preparada para mandar ayuda humanitaria a Congo, pero que todavía están considerando si enviarán o no efectivos militares para apoyar a los cascos azules presentes en la zona.

Los ministros se trasladarán posteriormente a Kigali, donde se prevé que llegarán el lunes para entrevistarse con el mandatario de Ruanda, Paul Kagame, acusado por el Gobierno de Kinshasa de apoyar militarmente la rebelión armada del general tutsi, Laurent Nkunda, que se viene enfrentando con el ejército congolés desde 1998.

Ambos ministros concretarán con los presidentes de la RDC y Ruanda la propuesta de una convocatoria de una cumbre en Nairobi, lanzada por el comisario europeo de Desarrollo, Louis Michel, a la que los mandatarios ya han confirmado su asistencia. El viaje de Kouchner y Miliband coincide con la visita del responsable de los cascos azules, Alain le Roy, y de la subsecretaria de Estado de EE UU para Africa, Jendayi Frazer.

Entre tanto, la crisis humanitaria continua en el Norte Kivu, según las organizaciones internacionales implicadas en la asistencia de decenas de miles de personas desplazadas, por lo que el gobierno británico ha anunciado una donación de 8 millones de dólares que permitirán organizar la asistencia de los congoleses.

Por otra parte, se espera la llegada inminente de 10 toneladas de fármacos y equipos médicos suministrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno de Italia, que pretenden con esta ayuda frenar los riesgos de epidemias de cólera y de malaria.