El partido ultranacionalista UDC sufrió ayer un fuerte varapalo con el claro rechazo de los electores suizos a su iniciativa para dificultar la adopción de la nacionalidad helvética por los extranjeros, que constituyen el 21 por ciento de la población.

A pesar de ser el partido más votado en las últimas elecciones de 2007, y de haber irrumpido como un terremoto en el paisaje tradicional de las fuerzas políticas suizas, sus propuestas a menudo extremas y con tintes xenófobos no consiguen calar totalmente entre la población.

Los suizos votaron mayoritariamente en la jornada de referendos contra de la iniciativa de UDC de devolver a las comunidades locales el poder de otorgar la nacionalidad a los extranjeros. Un 64 por ciento de los votantes dijo "no" a una propuesta que hubiera supuesto la vuelta a las condiciones de hace cinco años en materia de naturalizaciones.

El rechazo más claro vino de la Suiza francesa, y especialmente de Ginebra, donde el "no" alcanzó el 82 por ciento. Los cantones alemanes -feudo tradicional de la UDC- fueron menos severos con la propuesta, con tasas de "no" de entre el 51 y el 64 por ciento.