El actual alcalde, el laborista Ken Livingstone, aspira a la reelección por un tercer mandato consecutivo, tras acceder en el año 2000 cuando se restableció la institución municipal.

Este político ya había estado al frente de la ex Asamblea del Gran Londres a principios de los años ochenta, pero la entonces primera ministra conservadora Margaret Thatcher decidió suprimirla por sus continuos desacuerdos con Livingstone.

Con 7,5 millones de residentes, equivalente al 12,5 por ciento de la población británica, el Gobierno laborista del ex "premier" Tony Blair decidió dar a Londres una figura fuerte que le representase, a fin de reflejar el dinamismo de esta ciudad, la cuarta del mundo en términos económicos, después de Tokio, Nueva York y Los Ángeles.

Las competencias del máximo responsable municipal, supervisadas por una Asamblea de 25 miembros, son amplias, como la promoción del desarrollo económico y social, la mejora del medioambiente, el transporte, la cultura, el turismo y el mantenimiento de lugares emblemáticos, como las plazas de Trafalgar y del Parlamento.

El próximo alcalde -ya sea el laborista Livingstone o el candidato conservador, Boris Johnson, los dos aspirantes con posibilidades de acceder al puesto- verá en los próximos años una gran transformación de la ciudad, pues deberá prepararse para albergar los Juegos Olímpicos del 2012.

Distintas comunidades conviven en la capital, a tal punto que de las 28 circunscripciones municipales del país identificadas como "muy diversas" por el Gobierno, 24 están en Londres.

Según la Oficina Central de Estadísticas, uno de cada tres residentes en Londres ha nacido en el extranjero, mientras que el cuarenta por ciento de la población londinense tiene una edad comprendida entre los 22 y los 44 años.

Convertida en gran centro financiero mundial, Londres cuenta con una economía que en 2005 generaba 452.000 millones de dólares, pero se espera que pase a los 708.000 millones de dólares en 2020.

Como reflejo de ese poder financiero, Londres es la ciudad del mundo con más sucursales y oficinas de bancos internacionales, mientras que el 57 por ciento de la población de la capital británica es propietaria de una vivienda.

El alcalde es responsable del presupuesto de la Policía Metropolitana de Londres, de la Brigada de Bomberos y del llamado Transporte de Londres, a cargo de los autobuses, el Metro, los servicios fluviales, el mantenimiento de las calles y carreteras y de regular las licencias de los taxis.

El máximo representante municipal trabaja desde el City Hall, un edificio en forma de hongo sobre el río Támesis, donde está también la Asamblea de Londres integrada por 25 miembros, cuyos puestos estarán mañana en juego en estos comicios.

Los sondeos sobre intención de voto publicados este mes indican que la lucha de mañana se presenta reñida, aunque Livingstone parece haberse recuperado en los últimos días tras un avance de Johnson.

La última encuesta, hecha por la firma Ipsos Mori, otorga al candidato laborista un 41 por ciento de apoyo, frente al 38 por ciento del aspirante conservador.

Livingstone, que durante su gestión estableció un impuesto a los automovilistas para entrar al centro de la ciudad, desea mejorar el Metro, los espacios reservados a los ciclistas y poner en las calles más autobuses que no contaminen.

Johnson quiere más policías en los autobuses, en las estaciones de trenes, retirar los autobuses articulados y opta por volver a diseñar los famosos "Routemaster", los rojos de dos pisos y sin puertas, suprimidos en el 2005 y de los que se podía subir y bajar en cualquier momento del recorrido.