El arma utilizada en el crimen de la joven viguesa Verónica Villaroel Costas, que falleció la madrugada del lunes tras ser tiroteada en el interior de un automóvil en la parroquia tudense de Randufe, continúa sin aparecer. La Guardia Civil peinó ayer varias zonas cercanas al lugar del suceso sin éxito. Las investigaciones, en todo caso, han permitido esclarecer que las balas son del calibre 22, que corresponderían a un arma corta, como una pistola, un revólver o una carabina. El matrimonio detenido en relación con esta muerte, que residía a pocos metros de donde sucedieron los hechos, pasará hoy a disposición judicial.

Los arrestados, Salvador M.F., natural de O Porriño, y su esposa, Rita D.F., permanecen incomunicados para que no puedan hablar entre sí, el primero en los calabozos de Tui y la mujer en los de A Guarda. El hombre, según informaron fuentes cercanas al caso, es cazador, por lo que tenía varias escopetas en su domicilio así como la consiguiente licencia para utilizarlas.

Sin embargo, carecería de permiso para el arma corta que acabó con la vida de la joven de 26 años de edad, que recibió un impacto de bala en la cabeza y que era natural de la parroquia viguesa de Valladares. Este tipo de pistolas son de fácil adquisición en el mercado ilegal y, de hecho, un arma del calibre 22 fue también la utilizada en el asesinato, en el año 2004, de un empresario vigués en un garaje ubicado en la calle Rosalía de Castro.

Varios agentes rastreaban ayer la zona que recorrió el detenido desde donde ocurrieron los hechos hasta el barrio próximo de Chans, donde fue arrestado, en busca del arma, aunque a última hora de ayer ésta no había podido ser localizada.

Morosos

En el momento del crimen, la víctima conducía un vehículo e iba acompañada por su hijo, un bebé de varios meses, y su pareja, de origen sudamericano. Éste sería cobrador de morosos y acudió a reclamar al detenido una deuda que mantenía con un tercero, probablemente una empresa, lo que originó la discusión que terminó en tragedia.

Aunque en principio no habría testigos del momento en que se produjeron los disparos, tres personas, que ya prestaron declaración ante la Guardia Civil, salieron al lugar de crimen, situado en uno de los cruces del barrio de Postes, tras escuchar los gritos de socorro del novio de la joven asesinada. En la parte trasera del vehículo, un Ford con matrícula PO-1432-BD, se encontraba el bebé de la víctima, que fue recogido y arropado por los vecinos.