El presidente catalán, Pasqual Maragall, afirmó ayer sobre la aprobación del Estatuto que "se ha de acabar de convencer a España y en primer lugar al Gobierno español de que lo que es bueno para Cataluña es bueno para España", proceso en el que ha avisado del "daño" que hace CiU con su "pesimismo táctico".

Maragall pronunció en Lleida una conferencia con el título "2006, año de hechos", organizada por el Colegio de Periodistas de Cataluña, en la que dedicó un breve apartado al debate estatutario.

En primer lugar, y sin citar expresamente a la federación nacionalista, denunció que "los que cuentan cada día los beneficios de un pesimismo táctico han de saber que están haciendo daño, quizá de forma imperceptible pero cierta, a la moral de la ciudadanía y a la credibilidad de la clase política".

Maragall, que se mostró convencido de que "tendremos Estatuto y será un buen Estatuto", abogó por "no alargar la negociación más allá de lo necesario", y pidió ser "más resolutivos" porque una negociación "injustificadamente prolongada sólo favorece a los contrarios del Estatuto".

Maragall defendió alcanzar un acuerdo "razonable y ambicioso" en enero, aunque cree que no es suficiente con la voluntad del tripartito, sino que "se ha de acabar de convencer a España y en primer lugar al Gobierno español de que aquello que es bueno para Cataluña es bueno para España".

Por otro lado, Maragall reconoció en La Moncloa ante Zapatero y los dirigentes territoriales, al hilo de la reforma del Estatuto, que CiU es imprescindible en el Parlament pero no en el Congreso de los Diputados, según asistentes al encuentro.