"Los efectos del virus de la gripe aviar tendrían múltiples ramificaciones con consecuencias devastadoras", alertó Lange en Ginebra, tras reunirse con la cúpula de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esa organización de la ONU ha alertado a la comunidad internacional de que el H5N1, causante de una gripe muy violenta entre las aves, es el virus que más probabilidades tiene de provocar una pandemia entre humanos en el momento en que, a través de mutaciones, sea capaz de propagarse con facilidad entre personas.

Hasta el momento, la OMS ha confirmado el contagio de 274 personas en once países, de las que 167 han muerto a causa de ese virus, por lo que ha pedido a todos los países que se preparen para una posible pandemia, con planes de prevención y contención, así como con la investigación de posibles vacunas.

Durante una conferencia de prensa, el representante de EEUU -cuyo país ha movilizado 434 millones de dólares para atender esta amenaza- mostró su desacuerdo con quienes proponen medidas simples para contener la propagación del virus.

Como ejemplo, Lange replicó a quienes defienden como solución que, llegado el caso, los empleados que puedan trabajen desde casa (teletrabajo), que en el peor de los casos entre el 30 y el 40 por ciento de los trabajadores de un país no podrán atender sus tareas, bien porque estarán enfermos o bien porque tendrán que cuidar de sus más allegados.

Entre ese 30 ó 40 por ciento se encontrarán también los encargados de mantener las comunicaciones por internet y sus servidores, con lo que sería muy probable que la red se caiga, según el representante estadounidense, quien apuntó que ese es sólo un ejemplo de "lo mucho que se pueden complicar las cosas".

También advirtió de que nadie puede prever dónde o cuándo estallará esa posible pandemia, ni tampoco cuál será su dimensión, aunque recordó que la última en 1918 mató a decenas de millones de personas.

"Hoy el mundo está mucho más interconectado que entonces, con lo que las consecuencias podrían ser devastadoras", advirtió Lange, quien recordó que, mientras en 2005 sólo 15 países detectaron el virus entre sus animales, en 2006 fueron 55, lo que significa, en su opinión, que el riesgo de que se produzca una pandemia es cada vez mayor.

"Cuanto más se propague el virus entre animales -explicó-, más opciones tiene de mutar y, por lo tanto, más probabilidades de que en una de ellas consiga propagarse con facilidad entre seres humanos".