El matrimonio residía con sus tres hijos de 19, 21 y 22 años entre Seixomil y Nantes de Reis, en la parroquia meañesa de Lores, a escasos metros de Sanxenxo, municipio donde ella recibirá sepultura a las cinco de la tarde de hoy en el cementerio de Santa Eulalia de Nantes.

Una vecina del lugar aseguró que el detenido no se llevaba bien con sus hijos porque "no les gustaba que le pegase a su madre, a la que defendían siempre, fue un golpe muy duro sobre todo para la niña, de 19 años, que estudia en el instituto de Vilalonga".

"A veces ella aparecía con un ojo morado y decía que se había caído pero yo vivo aquí al lado y sé lo que hay", declaraba una vecina, que aseguraba que "se sentían batacazos ahí dentro pero no se sabe qué estaba golpeando, a veces hasta las cuatro o cinco de la mañana no se podía dormir porque se escuchaban gritos y golpes todos los días hasta las cinco". Según esta mujer, la noche del domingo "se sintieron golpes pero no más de lo normal" y después de las once y media (hora a la que la Guardia Civil recibió aviso de lo sucedido) "todo quedó calmo".