El cerquero Otero casi se va al fondo del mar en el puerto vigués el pasado domingo por una vía de agua. Según el armador, Joaquín Rivas, la suerte "estuvo de su parte", ya que acudió a recoger unas redes que necesitaba aquel día y se encontró con la vía de agua de casualidad. "Gracias a Dios debe haber alguien que mire por nosotros porque si no hubiéramos perdido el barco", afirma Rivas.

El armador, que ya tiene preparado el reemplazo para su veterana embarcación (encargó un cerquero de 12 metros a Astilleros Polymade, en Portonovo), asegura que "fue una suerte" que acudiera en aquel momento y que les podría haber pasado perfectamente faenando. "Si en vez del domingo llego a ir hoy [por el lunes] a lo mejor ya no había barco, porque poco a poco se iba llenando de agua", recuerda Rivas.

El barco fue llevado al varadero en la Marina Davila y ayer por la tarde Álvaro Rivas, el hijo de Joaquín, ya estaba rumbo al caladero tras solucionar el problema.

La "suerte" que sí tuvo el Otero fue precisamente la que le faltó a otro barco que se hundió por una vía de agua en el puerto vigués. El Lusitania Primero se fue al fondo del mar a principios de marzo por una vía de agua. El palangrero con puerto base en A Guarda de 18 metros de eslora fue más tarde reflotado y ahora está en Astilleros Montenegro, donde está siendo reparado.