El año pasado el consorcio ruso de astilleros públicos United Shipbuilding Corporation (USC) se adjudicó la construcción de 34 pesqueros dentro de un programa de renovación de la flota impulsado por el número dos del Kremlin, Dmitri Medvédev. Acaba de anunciar un proyecto para elevar esta cifra en veinte buques más, todos con cargo al programa investment quotas, o cuotas a cambio de inversión. Por cada nuevo pesquero a las armadoras se les gratifica con permisos extra; en el caso de Russian Fishery, que ha confiado a Metalships & Docks la construcción de su primer megaarrastrero, dispondrá de 200.000 toneladas más. Y algo parecido es lo que quiere impulsar desde Madrid el Ministerio de Agricultura y Pesca (Mapama), pero como "facilitador financiero". "Somos líderes en Europa. La única manera de mantener el liderazgo es renovando la flota con criterios de sostenibilidad y capacidad", resaltó ayer a FARO el subdirector general de Competitividad del Ministerio, José Ignacio Pradas.
A excepción de buques de pequeño tamaño, este proceso de renovación en Galicia se ha limitado a encargos contados: el Monteferro, ya operativo; el Argos Cíes, que se sumará a la flota de Pereira a finales de año; o el Isla de Terranova, para Pesca Baqueiro. "Estamos abocados a construir, y de mano de Pymar y la industria", enfatizó Pradas, para quien sí existen a día de hoy "nichos con capacidad de financiación" que las armadoras no están aprovechando. "Hay segmentos donde sí se puede realizar" esa fase de renovación de la flota pesquera, teniendo en cuenta además que la edad media está por encima de los 40 años en algunos de ellos. La mayor armadora de España, Nueva Pescanova, acaba de encargar siete buques para Namibia y Mozambique. Tiene 72 pesqueros a día de hoy; no había encargado una construcción desde 1987.
"Queremos actuar como facilitadores para la construcción de nuevos barcos", enfatizó Pradas, que ayer visitó Factorías Vulcano en Vigo. ¿Y cómo? En primer lugar, con una nueva línea de financiación con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que todavía se está diseñando pero que aspira a participar en la construcción de los "barcos del futuro". También como canalizadores de programas de innovación y desarrollo dentro de la estrategia Blue Growth, de carácter comunitario y en la que también participa, por ejemplo, la Autoridad Portuaria de Vigo. Para el responsable del Mapama "la industria naval de la Ría de Vigo ofrece un buen marco de diálogo" entre los diferentes agentes implicados de cara a conseguir buques "más sostenibles", con nuevos tipos de propulsión, diseños que permiten ahorro energético o equipamiento eléctrico a bordo. La pelota está, en todo caso, en el tejado de las casas armadoras. Al margen de la construcción de nuevos buques compañías gallegas han invertido en renovaciones prácticamente integrales de buques. Lo hizo Pereira con el Pont Saint Louis (su primera incursión en la industria atunera) y lo ha hecho Iberconsa desde la entrada de Portobello en su capital con buques como el Pescargen V (ahora Nomzamo) o el Pescaberbés Dos.
José Ignacio Navas visitó ayer Vulcano por su "experiencia en el pasado" en la construcción de grandes pesqueros. Sirvió además de puesta de largo de su nueva responsable de I+D, María Pérez de Lama, que entró en el astillero tras la sentencia del Supremo en la que se condenó a la compañía al pago de 25 millones por causar la quiebra de su antigua filial Factorías Juliana, además de a la inhabilitación de su equipo directivo. Vulcano tiene pendiente la entrega en abril de un ferri para Trasmediterránea. A expensas de que pueda lograr más carga de trabajo, quedará con las gradas vacías a partir de mayo.
