La flota gallega deja mañana de forma oficial el rico caladero de Guinea-Bisáu. El acuerdo pesquero entre el país africano y la Unión Europea expira sin remedio y sin fecha para una renovación. Todo ello mientras la ofensiva de la flota china sigue creciendo en el país con el inicio de la construcción de un puerto pesquero en la capital financiado en forma de donación por el propio Gobierno del país asiático.
Según publican medios africanos, técnicos chinos ya han estado recogiendo muestras desde octubre al lado del puerto actual para ser analizadas en sus propios laboratorios con la intención de proceder a la ampliación, valorada en 26 millones de dólares (unos 22,1 millones de euros al cambio actual). Las nuevas instalaciones, anexas a las ya existentes, tendrán en una primera fase -financiada con 4 millones de dólares (3,4 millones de euros) por el Banco Africano de Desarrollo- el muelle, una lonja y un edificio administrativo.
Según Macauhub, que cita al director portuario del país Hugo Nosoline Vieira, se espera que las obras de la segunda fase comiencen a comienzos del próximo año, lo que coincidirá con la salida del país de los buques gallegos, que según publicó este periódico valoran en 30 millones de euros las pérdidas ocasionadas por abandonar el caladero.
Las obras durarían dos años, con lo que si se cumplen las previsiones de la UE, la flota gallega volverá previsiblemente cuando el proyecto esté a medio finalizar.
El Gobierno local espera poder llevar a cabo las inspecciones necesarias con este nuevo puerto, una de las reclamaciones que presentó ante la Unión Europea como requisito para renovar el acuerdo. El sector gallego, representado por los arrastreros de la Asociación Nacional de Cefalopoderos (Anacef), entendían que esta labor es impensable por las instalaciones que tiene el país.
Fue el embajador chino en Guinea-Bisáu, Jin Hongjun, el que anunció la donación de China para la realización de este puerto. A él se sumará la construcción de un puente flotante de 50 metros que va desde la rampa existente, la pavimentación y construcción de zanjas de drenaje, un depósito de agua con una capacidad de 1.000 metros cúbicos, zonas para poder desembarcar las capturas y diques para el cobijo de los barcos.
De forma pararela el Gobierno chino sigue nutriendo a Guinea-Bisáu con donaciones. La última consiste en sacos de arroz valorados en unos 3 millones de euros.
