El arrastrero Senefand Dos, guemelo del barco naufragado hace una semana a escasas 30 millas al sudoeste de Dakar, continuará con las labores de rastreo para tratar de localizar a los tres marineros desaparecidos. Uno de ellos, Vicente Pazos, vecino de Marín, era el patrón (los demás eran de nacionalidad senegalesa). En la armadora, Grupo Profand, mantienen la esperanza de que el buque libere combustible y ayude a obtener su localización ya que en el momento del hundimiento no se activó la radiobaliza. Este sistema de emergencia cuenta con un dispositivo hidrostático que se activa bajo el agua y envía una señal vía satélite. Un cabo o los aparejos, sospechan, pudieron haberlo inutilizado. De momento, y pese a que se ha mantenido un amplio dispositivo en la zona, no ha habido rastro de gasóleo. El Senefand Uno permanece a unos 650 metros de profundidad, según los cálculos de los técnicos.

En su interior la empresa sospecha que quedó atrapado el cuerpo del capitán, quien trató de rectificar la maniobra y facilitó que ocho de los once tripulantes salvaran la vida. La prioridad del grupo pesquero es localizar el pecio a pesar de que en el país, donde opera con la filial Senefand, no cuenta con más buques. Ayer el Senefand Dos peinó de nuevo la zona del hundimiento con rastreos a lo largo de tres y cuatro millas, tareas en las que colaboraron patrullas de la Guardia Civil, la Armada francesa y los servicios de rescate senegaleses. Todavía no se ha conseguido incorporar al dispositivo un buque oceanográfico, dotado de eco-sondas multihaz y de barrido lateral capaces de operar con gran resolución a profundidades superiores a los 12.000 metros.