Principal caladero gallego

El segmento de flota de Gran Sol de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) se enfrenta a un año lleno de incertidumbres debido a la normativa comunitaria y también a los efectos de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. El presidente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Gran Sol (Anasol), Manuel González, explica que el caladero está repleto de pescado, pero lamenta que las escasas cuotas sobre todo de rape y gallo -o rapante- hacen peligrar la actividad de la flota, principalmente la rapantera. "Las perspectivas para este año son en general malas, sobre todo por la normativa de los descartes [la obligación de llevar a tierra todas las capturas]", explica el armador, que tiene tres barcos que operan en este caladero.

El responsable de Anasol afirma que "cada uno se defiende la mejor forma posible", pero entiende que a lo largo de este año se enfrentan a ciertos problemas que suponen "callejones sin salida":

Cuotas. El principal reto con el que tendrán que lidiar los armadores de Gran Sol es, un año más, las cuotas. Repartidas el pasado mes de diciembre en el seno de la Unión Europea, España volvió a ver como la cuota de rape permanecía invariable, mientras que observaba como la de rapante disminuía un 25%. "¿Que pasaría si un país como Francia, con el que España realiza intercambios cada año, decide reducir estos cambios? Estaríamos fastidiados", comenta González. En este resumen cree que los pincheiros (palangre), dedicados a la captura de merluza principalmente (también maruca), tendrán un mejor año por el aumento de casi un 11% en los cupos.

Descartes. Otro de los problemas que señala el responsable de Anasol para este año tiene que ver con la aplicación de la obligación de desembarques, la norma de descartes. El sector, como señala habitualmente por activa y por pasiva (también ante responsables de la Secretaría General de Pesca o la Comisión de Pesca de la UE), tiene muchas dudas de qué va a pasar cuando ya no haya marcha atrás, el 1 de enero de 2019. "Es algo que nos preocupa porque no sabemos qué vamos a hacer con nuestras cuotas", indica González.

"Brexit". Por otro lado, el devenir de las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea a raíz del Brexit son un quebradero de cabeza para los armadores gallegos con barcos abanderados en este país. El responsable de Anasol reconoce que es "una incertidumbre tremenda" porque los armadores no saben qué va a suceder con esos buques, para los que sin embargo reconocen que puede haber "otras opciones" en otros países de la UE, que les podrían acoger. Temen también que el Reino Unido siga el ejemplo de Francia y obligue a que las tripulaciones coticen en el sistema de Seguridad Social del país. "Es un miedo que está ahí, porque además allí no tendríamos a gente tan cualificada como hay aquí", señala.