El 1 de enero de 2015 daba comienzo en la Unión Europea la aplicación de la normativa que obliga a desembarcar todas las capturas en puerto, tengan o no cuota los barcos para pescarla. De esta forma se iniciaba un proceso integrado en la Política Pesquera Común (PPC) que culminará en 2019 por el que se eliminarán los descartes -capturas que se tiraban por la borda por falta de cupo o porque estaban dañados- por completo. Sin embargo, tras dos años los armadores y los patrones de las embarcaciones afectadas hasta ahora -la aplicación es progresiva dependiendo de las especies- todavía no tienen claro cómo les afecta esta norma y qué es lo que tienen que hacer. Estas dudas se palparon ayer durante un encuentro de la Secretaría General de Pesca informó sobre en la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), en la que además se expuso el plan español para hacer más flexible la norma: emplear la práctica de pesca accesoria (by-catch) para suavizar los efectos de la prohibición de descarte.

Así lo explicó Ignacio Fontaneda, jefe de Área de Caladero Nacional en Pesca, que durante más de tres horas explicó los pormenores -conocidos- de la normativa. Según indicó, en la UE existen hoy diversos debates sobre cómo encarar la aplicación de la norma. En ellos, España ha aportado la idea de crear unos TAC (Totales Admisibles de Capturas) "directores" para las especies a las que se dirige la pesquería, estableciendo un porcentaje de pesca accesoria. Algo similar a lo que ya se hace en los acuerdos con terceros países. Para ello se fijaría un objetivo de reducción del by catch "a lo largo de X años". Junto a ellas existen al menos una decena de propuestas más, algunas que "no gustan nada a España" como la de revisar las cuotas a mitad de año para hacer intercambios que propone Reino Unido o ajustar los TACs a la situación actual de los stocks.

Situación actual

Fontaneda explicó la importancia de anotar los descartes que se realizan en el diario electrónico de a bordo (el DEA). Para ello, hay que saber qué se puede descartar. En este sentido se hablaron de los peces que no tienen el tamaño suficiente. "Es necesario desembarcarlos y van contra la cuota", comentó, añadiendo que se vigilará que no cree "un mercado alternativo para darles otros usos".

Por otro lado, el responsable de Pesca recordó que las capturas dañadas por el ataque de otras especies pueden ser descartadas, aunque no si el daño se produce por el propio arte de pesca, como reclaman los armadores. Además, concretó que las sanciones son consideradas graves a partir de este año.

Sobre el futuro, Fontaneda apostó por la mejora en la selectividad de las artes pesqueras (que ya buscan proyectos como Descarsel, del IEO, o Fishselect, de AZTI) y también alertó de que todavía falta un plan intermedio en 2018, cuando se haga la última recomendación conjunta. "Es necesario recordar que queda solo un año y medio para eso", indicó Fontaneda en varios momentos de su intervención, en la que también reconoció la dificultad de aplicar la normativa por ser "la novedad más grande en la PPC porque cambia cómo se ha venido trabajando hasta ahora".