La Confraría de Pescadores de Malpica se resiste a solicitar el concurso voluntario de acreedores pese a que sus socios aprobaron la medida en una asamblea celebrada a principios del pasado mes de julio. De momento, el pósito consigue sostener su delicada situación económica -acumula 300.000 euros de deuda, sobre todo con Portos de Galicia- mediante medidas de ahorro y ajustes laborales. De los nueve trabajadores con los que cuenta la cofradía, dos de los empleados de la lonja están afectados por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal y otros dos -encargados de la oficina- trabajan a media jornada tras sufrir reducciones, según indica el patrón mayor de la entidad, Pedro Pérez.

El pósito también planea alquilar su sede, situada en la Casa do Pescador, y trasladarse a la lonja con el objetivo de ahorrar y obtener ingresos. "Estamos esperando una ayuda de la Consellería do Mar para habilitar un espacio de la lonja y poder trabajar desde allí", explica Pérez.

El patrón mayor de la cofradía malpicana asegura que la entidad se encuentra en una situación de "mínima estabilidad", por lo que no solicitará el concurso de acreedores a no ser que "no haya otro remedio". El responsable también espera que las cuotas pesqueras aumenten de cara a 2017 y permitan incrementar las descargas en la lonja, así como los ingresos de la flota de cerco, que envía un 1% del importe de sus ventas al pósito. "De momento nos mantenemos, pero si bajan los cupos sería un problema", lamenta Pérez.

Las subastas de pescado y marisco hasta octubre en la lonja malpicana ascienden a 1.259 toneladas por valor de 1,9 millones, según datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. Se trata de unas cifras muy inferiores a las del mismo periodo de 2015, en el que se vendieron 3.576 toneladas que originaron una facturación de cuatro millones, aunque los registros de 2016 son prácticamente iguales a los de 2014