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La pesca en África Occidental

El palangre guardés retira sus barcos de Santo Tomé por temor a un nuevo arresto

Ve peligrar su seguridad jurídica tras la detención del buque "Alemar Primero" - El país africano se suma así a Liberia, donde fue retenido un barco más de un año, y a Senegal

El buque "Eros", palangrero de Ribeira, durante su arresto en Libeira. // FdV

La liberación por parte de Santo Tomé del buque Alemar Primero y su tripulación (en la que había dos gallegos) pone fin a dos semanas de cautiverio que afectan de forma notable a la confianza de los armadores en la seguridad jurídica de algunos países de África occidental. El palangrero guardés no será el único que ahora ponga millas de por medio para salir de las aguas del país para buscarse el pan en otra zona. Según confirma la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), los otros dos barcos con licencia de pesca en Santo Tomé han decidido no utilizar el caladero. "Después de esto no les quedan ganas", explicó Juana Parada, gerente de la asociación.

Este no es, sin embargo, un caso aislado. La Unión Europea ha firmado acuerdos pesqueros con otros diez países de esa parte del globo. Uno de ellos es Liberia, cuya rúbrica tuvo lugar hace poco más de un año y su aprobación final llegó el pasado mes de mayo. Es el primer protocolo acordado con este país por parte de Bruselas e incluye posibilidades de pesca para seis palangreros que, sin embargo, fueron rechazadas en Galicia. ¿El motivo? El caso del Eros.

El buque palangrero de Ribeira fue apresado por el país africano en 2012 mientras disfrutaba de un permiso de pesca. Su armador y capitán, Manuel Alberto Suárez, tuvo que pagar 90.000 euros de multa para poder volver a su casa tras más de un año retenido, pese a que siempre declaró que era inocente y que lo habían engañado. Según decían desde Liberia, el buque tenía el permiso caducado, por lo que llegaban a reclamarle 2,2 millones de euros como sanción. "Viví un auténtico infierno; fui víctima de una farsa y nadie nos ayudó", decía Suárez en una entrevista concedida a FARO.

El caso del Eros levantó temores entre los armadores gallegos, que decidieron evitar aguas liberianas debido a la inseguridad jurídica. Cuatro años después, sucede lo mismo y los otros dos buques de Orpagu con licencia en Santo Tomé rechazan pescar allí.

Curiosamente los protocolos firmados por la UE con ambos países son los más baratos junto con el de Cabo Verde. Este último es de 550.000 euros al año, mientras que los de Liberia y Santo Tomé son de 715.000 y 710.000 euros, respectivamente.

A última hora de ayer el buque recién liberado todavía se encontraba en el país isleño a la espera de poder volver a faenar. Según Orpagu, tienen que volver a dar de alta el diario electrónico de a bordo (DEA) antes de partir, aunque se espera que sea lo más pronto posible.

Del palangre al arrastre: el calvario senegalés de Juan Cadabón y el "Praia de Areamilla"

  • Los dos palangreros que sufrieron estos percances en sus respectivas pesquerías no son los únicos. Uno de los casos más recientes y que todavía sigue coleando envuelve a un patrón cangués, Juan Cadabón, y el buque arrastrero Praia de Areamilla, que fueron retenidos más de ocho meses en Dakar, Senegal.Su pesadilla comenzó el 11 de octubre del año pasado, cuando el patrón y su tripulación fueron detenidos por las autoridades senegalesas y acusados de faenar en aguas territoriales. "Hay pruebas de que el pesquero iba a una velocidad de ocho nudos y de que las redes estaban recogidas", decía Cadabón.Durante cuatro meses estuvo retenido en el barco, de la casa armadora canguesa "O Pilo" , y luego otros tantos en un hotel de Dakar pagado por la propia empresa dueña del buque, al que Senegal solicitaba unos 700.000 euros en concepto de fianza.El pasado 23 de junio llegó a O Hío, en Cangas, ya sin la barba que le dio a conocer gracias a un selfie publicado por FARO el día 10 de junio de 2016, clave para resolver este caso.Desde entonces, Cadabón tuvo que volver a Dakar el pasado 21 de julio para un juicio que fue aplazado. Sin embargo, no quiere saber nada del país. Ahora maneja otras opciones, entre ellas una para ir de segundo en un buque que faena en NAFO.

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