Las cuotas propuestas por la Comisión Europea (CE) para el próximo año son tomadas con recelo por parte del sector. Sabedores de que todavía falta la negociación con los distintos países y que estos porcentajes desde Bruselas siempre son "a la baja", los armadores esperan cambios significativos antes de que lleguen las fechas clave en diciembre, los días 15 y 16, cuando se sabrán los cupos finales. La Confederación Española de Pesca (Cepesca) apela a los dictámenes científicos referentes a la biomasa de las distintas especies cuyas cuotas sufren recortes para revertir la situación. Su secretario general, Javier Garat, espera que la rebaja en el gallo -o rapante- en aguas ibéricas se quede en un 3% como mucho frente al 26,4% propuesto por la CE y que la situación del rape cambie totalmente: de la bajada de casi un 12% a una subida de casi el 50% (49,6%).

Garat opina que la propuesta es "muy negativa" y que desde Bruselas quieren aplicar el próximo año el rendimiento máximo sostenible (RMS, la captura óptima que puede extraerse de una población de peces año tras año sin poner en peligro su capacidad de regeneración futura) para todas las especies. "Ya le dijimos al comisario [de Pesca de la UE, Karmenu Vella] que debe ser flexible en ello. Tenemos margen hasta 2020 para ir adaptando cuotas", explica el responsable de Cepesca.

Según comenta, en el caso del gallo se podría mantener el TAC actual (de 1.377 toneladas) y que, en base al informe científico, "solo cabría una reducción del 3%" en la biomasa, lejos del 26,4% que cifra la CE. En lo que respecta al rape, con una propuesta de reducción del 11,9%, Garat hace un diferenciación: en el rape blanco cree que "un incremento del 3,5% sería razonable", dado que "la biomasa y el reclutamiento ha subido"; mientras, en el caso del rape negro "si cogemos los diferentes escenarios de los científicos se podría aumentar un 49,6%". En lo que respecta al rape en aguas ibéricas la reducción debería ser de un 1% (frente al 19,2% propuesto).

La situación futura del rape también preocupa a Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías. A su juicio, la rebaja de unas 400 toneladas repercute tanto a la flota del arrastre ("que se lleva en torno al 50%") como al rasco y artes menores. "Este año ya pedimos un adelanto del 10% a cargo de la cuota de este cuatro trimestre y no se concedió. Es algo preocupante", señala.

Fajardo observa una situación similar en los cupos de raya, ya que la CE prevé una bajada del 10% (hasta 3.420 toneladas). "Si aún por encima este año tuvimos problemas con ella si ahora tenemos una reducción... No queremos saber qué vamos a hacer para el año que viene", apunta.

Por otro lado, la única buena noticia para los pescadores gallegos fue la subida del jurel de un 27% en el Cantábrico y de un 15% al sur de Fisterra, lo que supondrá más de 12.700 toneladas respecto a este año. A este respecto, el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, cree que el aumento, pese a ser "positivo", servirá para "crear un problema mayor, porque el barco que más tiene se va a llevar a un más". El representante de los barcos que llevan más de cuatro semanas amarrados (el 75% del total de la flota de este segmento en Galicia) explica que la única forma de evitar estas "diferencias" es que se anule el reparto por capturas históricos actual, medida que reclaman con sus acciones reivindicativas, entre las que están una manifestación este domingo en Santiago.