La situación que vive el cerco desde hace años, aquejados por las escasas cuotas de sus principales especies objetivo (sardina, jurel, xarda y anchoa), se ven claramente reflejados en el censo de la flota durante los últimos años. Concretamente los cerqueros se redujeron en la comunidad un 20% en una década.

Las ayudas al desguace, abundantes desde hace años por parte de la Xunta -este año se batirá el récord con más de 30 millones de euros para la bajura y altura-, y la imposibilidad de faenar como hacían antaño debido a las restrictivas cuotas, hacen que los armadores se decanten por abandonar la actividad.

La flota pasó así de 188 buques a los 150 que había el año pasado 2014, según los datos recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE). De hecho, desde el 2004 (primer año en que se pueden consultar los datos) tan solo aumentó una vez el número de embarcaciones, cuando entre 2012 y 2013 se pasó de 152 a 155 barcos.