El arrastre gallego rechazó ayer la propuesta del cerco de establecer topes de captura diarios en la pesquería de jurel si esta medida no afecta también a los buques de bandera portuguesa y al resto de flota que faena en el Cantábrico Noroeste. Los arrastreros aplauden la iniciativa de sus compañeros y apoyan cualquier medida que mejore los precios de primera venta de la especie, siempre y cuando, recalcan, las reglas sean las mismas para todo aquel que pesque en aguas españolas. Así lo manifestó el portavoz de los arrastreros coruñeses, Torcuato Teixeira, tras la reunión conjunta de las comisiones sectoriales de cerco y arrastre celebrada en Santiago.

La Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) planteó fijar un tope de capturas de jurel de 6.000 kilos diarios por embarcación con el objetivo de aumentar el precio de venta la especie -al haber menos producto en el mercado- y al mismo tiempo alargar la pesquería, una medida que los arrastreros comparten pero no al 100%. "El arrastre podría estar en esa misma línea aunque somos flotas con dinámicas diferentes", indicó Teixeira, que incidió en el problema que suponen los buques de pabellón portugués (muchos de ellos propiedad de armadores gallegos). "La flota de Portugal no descansa los fines de semana y sus arrastreros no tienen límites de capturas. No va a ser fácil que adopten la medida, pero está claro que para nosotros es esencial e irrenunciable que todos los que faenan en aguas españolas lo hagan", indicó el portavoz del arrastre.

Con su postura este segmento de flota pretende evitar que otras embarcaciones desembarquen en puerto cantidades superiores de jurel, lo que truncaría totalmente el objetivo de la medida: lograr un alza de precios del jurel. Al mismo tiempo supondría una desventaja competitiva, los barcos con límites ingresarían menos dinero. Para que las medidas sean para todos, apunta Teixeira, España debe pactarlas con Portugal. "Lo más fácil es que incluyan el descanso semanal de la flota en el acuerdo bilateral que están negociando con Portugal y que añadan, además, una cláusula para que los barcos que faenen en nuestras aguas adopten cualquier medida que acatemos nosotros", apuntó.

Mientras, los cerqueros aceptan resignados la posición del arrastre y esperan alcanzar un acuerdo definitivo para su flota la próxima semana. "Ellos tienen también ese otro problema [en referencia a los buques portugueses] por lo que no contamos con que se unan a nuestra propuesta. Es muy difícil que la flota lusa acepte esas medidas", indicó el portavoz de Acerga, Andrés García.

El cerco espera ahora que la Consellería do Mar -presente también en la reunión junto a la Federación Galega de Confrarías de Pescadores- les remita el borrador de las normas de comercialización, después de que la mayoría de los pósitos apoyasen la propuesta de Acerga -que incluye también un mes de parada biológica a realizar entre diciembre y marzo- en la consulta que hizo la federación. "Esperamos que sea cuanto antes, porque el tiempo pasa y seguimos igual", señaló García.

El presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo, explicó que el acuerdo está "próximo". "La conselleira do Mar, Rosa Quintana, se comprometió a mandarnos en un par de días un documento con la norma de comercialización final, que irá en la línea de lo que planteó el sector: un tope de 6.000 kilos para una embarcación tipo de diez tripulantes, una cifra que podrá oscilar 2.000 o 3.000 kilos en función de si el barco tiene más o menos marineros ", explicó Fajardo.

Con el documento definitivo, el arrastre gallego decidirá si se adhiere a la incitativa de la flota de cerco.