Llevaban tres meses sin enfundarse en la ropa de faena y sin coger el rastrillo para salir al mar. Tras este parón, una treintena de mariscadoras de Carril retomaron ayer su actividad, y lo hicieron en la playa de Compostela, donde se abrió un pequeño halo de esperanza entre las mujeres gracias a que cubrieron los cupos en dos de las tres especies fijadas: lograron los 5 kilos de almeja japónica por trabajadora y el kilo de fina. Para el berberecho establecieron 2 kilos por mariscadora, pero las capturas no alcanzaron este peso, según expresa la directiva de la agrupación.

Hay que tener en cuenta que se trata de unos topes muy bajos, pero el propio hecho de que se alcanzasen pone de manifiesto que las pesimistas previsiones de la agrupación afortunadamente para ella no se han cumplido, pues las mujeres esperaban encontrarse con la playa arrasada. "Los ánimos siempre tienen que ser buenos, pero es muy fastidiado querer trabajar y no poder", lamenta una mariscadora.

Pese a haber alcanzado los topes y no irse a casa con las manos completamente vacías, la cantidad de marisco que hay en el arenal es muy escasa. Por ello los seis días que las mujeres han programado para faenar este mes se irán determinando sobre la marcha. Tras la jornada de ayer, volverán a trabajar el lunes, y en función del resultado determinarán las siguientes salidas.

Mala temporada

Son varias voces en el marisqueo a pie carrilexo que definen la actual campaña como la peor de los últimos años. De hecho las mujeres decidieron comenzarla in extremis, a escasos días de Nochebuena, con la esperanza puesta en que la proximidad de la Navidad provocase una mejor cotización del marisco para el sector. Y es que resulta habitual que a medida que se acercan las fechas claves de las cenas familiares (24 y 31) vaya subiendo el precio de los bivalvos.

Las mariscadoras salieron se pusieron manos a la obra sobre las siete de la mañana. Trabajaron durante unas tres horas aproximadamente, "lo que nos permitió la marea", se resigna una de las trabajadoras carrilexas.

La situación económica de las socias de la agrupación de a pie es muy diversa. "Hay quien lo está pasando muy mal porque no entra ningún sueldo en su casa. Y la mariscadora tiene que pagar cada mes casi 188 euros, salga o no salga a trabajar", advierten una directiva del colectivo. Aunque la agrupación está formada por más de 70 mujeres, ayer solo faenaron en la Compostela una treintena, ya que una buena parte de ellas está de baja. Previsiblemente a principios del 2015 las personas titulares de los nuevos 11 Permex se incorporarán a su trabajo.