Las células tóxicas han comenzado a remitir de manera significativa en las rías gallegas, y esto permitió reabrir ayer seis polígonos de cultivo de mejillón en viveros flotantes, todos ellos en Arousa, y dos zonas de producción de infaunales -especies que viven enterradas en el sustrato, como almeja, berberecho o navaja-, una de ellas en la ría arousana y otra en la de Vigo.

Es una mejoría notable que da una pequeña tregua, sobre todo, al sector bateeiro, asfixiado después de un 2013 nefasto a causa de los cierres por biotoxinas, un otoño horrible debido a los temporales que tiraron producto al fondo y una primera mitad de 2014 igual de complicada, de nuevo a causa de la presencia de lo que popularmente se conoce como "marea roja". En julio había mejorado la situación tras una primavera marcada por los cierres, pero todo se complicó otra vez en agosto, ante un repunte de toxinas lipofílicas que rápidamente fue a más. Esto hizo que durante buena parte de este mes estuvieran operativos entre cuatro y seis de los 51 polígonos bateeiros de Galicia.

Ahora, tras las resoluciones dictadas ayer desde el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), todavía quedan 38 polígonos bateeiros cerrados en Galicia, 16 de ellos en Arousa, los cuatro de Muros-Noia, el de Baiona, el de Corme, los ocho de Pontevedra y otros tantos en la ría de Vigo. Pero al menos ya hay 13 abiertos: los dos de Ares-Betanzos, siete en la ría arousana y cuatro en la viguesa.

Esto supone que la actividad extractiva y comercializadora puede intensificarse para tratar de reabastecer un mercado que estaba ya bajo mínimos. Aunque también es cierto que es todavía muy pronto para hacer predicciones fiables sobre la evolución de este episodio, y por tanto no se puede asegurar aún si la tendencia a la baja de las células tóxicas va a generalizarse para permitir una reapertura global de los polígonos gallegos o si, por el contrario habrá que esperar aún unas semanas más.

Esto también condiciona de manera importante a la industria de los cocederos y las conserveras, que están pendientes de iniciar su gran campaña del mejillón pero que antes de hacerlo necesitan garantías de suministro.

Todo indica que el grueso del sector industrial va a esperar aún unos días, para evaluar la situación antes de determinar si se "lanza" a por la campaña del mejillón e incorpora a las plantillas a todo ese personal eventual que actualmente permanece en sus casas a la espera de que las biotoxinas desaparezcan de las rías.

Respecto a las zonas de producción de moluscos infaunales, tras las resoluciones firmadas ayer por el Intecmar, en la ría de Vigo ya solo quedan dos zonas cerradas -tiene tres disponibles-, mientras que en la de Pontevedra tienen tres cerradas y dos abiertas.

Mejor está la situación en la ría de Arousa, cuyos bancos marisqueros vuelven a estar totalmente disponibles, como los de Muros-Noia y todos los demás existentes en Galicia salvo tres zonas en Cedeira, Ferrol y Camariñas.